Se llegó la hora, niños y jóvenes regresaron a las aulas luego de un largo periodo de vacaciones.
Algunos lo hicieron desde el pasado lunes, pero la gran mayoría inició clases este lunes 26 de agosto.
En la mañana se repitió la historia, muchos pequeños que iniciaron sus clases en preescolar, que por primera ocasión pisaban una institución educativa, fueron quienes pusieron el grito en el cielo, ya que no aceptaban el separarse de sus padres.
Muchos de estos pequeños hicieron sus berrinches, lloraron a todo pulmón, se tiraron al piso y al final, algunos maestros y maestras, hicieron la labor de convencimiento para que entraran a los salones y conocieran a sus nuevos amigos, a sus compañeritos de salón y del mismo dolor.
Hubo algunos que ya están bien curtidos, esos que quienes pese a ser la primera ocasión que estarían en un aula, disfrutaban el momento y muy orondos con sus mochilas nuevas caminaban rumbo a los salones.
Hubo también aquellos estudiantes que al ver a sus amigos de inmediato los abrazaban, sonreían y se contaban lo que hicieron durante las vacaciones.
También no faltaron aquellos que saben que a la escuela no van solamente a estudiar, ya que saben que también acuden para divertirse con sus compañeros, para realizar actividades deportivas y también para realizar una que otra travesura.
Los padres de familia acompañaban a sus hijos agarrados de la mano, otros más los iban apurando ya que sabían que iban tarde, mientras que algunos pequeños todavía tenían los ojos pegados, ya que fue para ellos una dura desmañanada.
Los jóvenes, como era de esperarse, desde temprano se les vio abordar camiones urbanos y muchos fueron dejados a las puertas de las secundarias, preparatorias y hasta universidades.
Se pasaron las vacaciones, ahora, la consigna es estudiar y responderles a los papás con buenas calificaciones, ya que el sacrificio para comprar uniformes hasta útiles escolares, sin olvidar los zapatos y pagar colegiaturas, fue para muchos padres de familia toda una odisea.
Walter.juarez@milenio.com