Uno esperaría todo en estos días, menos un atentado a instalaciones hospitalarias. Pero pasó. Fue ayer aquí en Nuevo León, en el nuevo hospital de Sabinas Hidalgo, uno de los tres que se ponen a punto en el estado para que el Ejército los utilice durante la crisis del covid-19.
Lo que pasó ayer contrasta directa y diametralmente con actitudes que se ven a diario y en casi todas partes: esfuerzos excepcionales para reforzar el sistema hospitalario, tanto del lado público como privado.
Abundan los ejemplos. El Ejército se moviliza para tener listo y equipado cuanto antes este hospital, igual que otros dos en el estado: Tierra y Libertad y Juárez.
El IMSS lucha porque no haya desabasto. El gobierno estatal intenta que sus hospitales, con cerca de 10 mil camas, estén preparados para la fase 3 de la epidemia. Y se hacen esfuerzos para habilitar mil camas en las instalaciones de la Universidad de Ciencias de la Seguridad.
La clínica Nova había anunciado que pondría cien camas a disposición de pacientes con coronavirus. El Tec de Monterrey tendrá un hospital exclusivo para covid-19, para 200 personas. Ternium habilita ya cien camas en un hospital comunitario instalado en un gimnasio de sus instalaciones, con 64 enfermeros y 18 médicos. Y transformará un comedor en sala de cuidados intensivos con 10 camas y ventiladores, 20 enfermeros y 16 médicos.
Cintermex puso a disposición, por si es necesario, espacios de sus salas de exposiciones. Y todos consiguen insumos a toda velocidad. El hospital Universitario ha pedido apoyo para conseguir a tiempo el mayor número posible de respiradores, por ejemplo. La UDEM apoya un proyecto de respiradores accesibles...
Digo todo esto para acentuar el contraste. En Sabinas, ayer temprano aparecieron los vándalos. ¿Por qué? La fiscalía lo investiga. Puede ser que quisieran robar algún equipo de albañilería que estuviera encerrado en un salón, pero solo imaginarlo lo hace ridículo. La relativa cercanía con Monclova, hasta hoy el epicentro del covid-19 en México, hace pensar que nuestra epidemia también podría ser de mezquindad.
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