Llega tarde y con pocos recursos.
El día de ayer apareció en este periódico un artículo de Víctor Martínez Lucio, donde muestra cómo, en otras catástrofes que hemos tenido, el Fonden, que tiene la obligación de asistir financieramente a estos eventos, simplemente echa a andar la burocracia y al final obliga a los gobernadores a rascarse con sus propias uñas.
La vez pasada con la tormenta Fernand, de 7 mil millones solicitados, terminamos en menos de 100, según dijo el gobernador y llegaron apenas hace algunas semanas. Entonces yo me pregunto, igual que Víctor, ¿cuándo llegará el dinero para suplir las terribles carencias que dejó esta tormenta? Sobre todo en la gente humilde que vio sus casas dañadas y no tiene recursos económicos, porque no hay trabajo.
O sea, nos están llegando los castigos bíblicos, como los que tuvo el rey de Egipto cuando Moisés quiso emigrar a Israel. En aquella época, hasta el agua se convirtió en sangre. Esperamos que Nuevo León reciba lo justo, porque no es el gobierno el que sufre, sino la gente humilde que en estos huracanes pierde lo poco que tiene.
Descartes: Pienso, luego existo… El Fonden llega a destiempo y con muy pocos fondos.
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