Cultura

Elena Garro y los hombres

  • Malos modos
  • Elena Garro y los hombres
  • Julio Patán

Y voló el cintillo. Ante el torpedeo en Twitter y otras redes, Dárcena decidió desnudar el libro y ahorrarnos la lectura de esa forma escueta y en efecto muy dudosa de promocionar en España a Elena Garro, de la que esta editorial decidió publicar Reencuentro de personajes como un modo de darla a conocer en tierras peninsulares. “Mujer de Octavio Paz, amante de Bioy Casares, inspiradora de García Márquez y admirada por Borges”, se lee y sí: a botepronto, uno piensa que la Garro tuvo abundantes logros al margen de sus relaciones con los hombres, por ejemplo una de las novelas centrales del siglo XX mexicano, esa que se llama Los recuerdos del porvenir, o unas inquietantes y lúcidas Memorias de España 1937 que debería leer cualquiera que pretenda entender la Guerra Civil, o la mencionada Reencuentro…

Así que conformes con la indignación. Bien por las críticas… Grosso modo.

Y es que por otro lado sorprende el talibanismo que suscita Elena Garro. En el mismo cintillo hay contrastes. ¿No es una forma de reconocimiento decir que inspiró a García Márquez y fue admirada por Borges? En efecto, su obra, así, solita, inocula vitalidad, originalidad, talento a ríos a la literatura en esta lengua, de la que García Márquez y Borges me parece que son representantes de cierta importancia. ¿De veras sus peculiaridades de género, o sea el hecho de ser hombres, resulta contaminante per se? Me parece que en esa parte del cintillo hay un reconocimiento a una autora mayor, punto. Otro tema es, claro, mandar por delante sus relaciones matrimoniales o amorosas.

En el fondo, lo que suscita el talibanismo es la sombra de Octavio Paz, de la que ella misma tuvo muchos problemas para desembarazarse, tanto en el amor como en el odio —las palabras son suyas—, y a la que desde entonces se esfuerzan en ligar para siempre, de manera un tanto paradójica, sus apologistas. No pienso ahondar en un tema del que han escrito muy bien Guillermo Sheridan o Christopher Domínguez. Pero cabe recordar que ni Paz fue el monstruo reaccionario y gobiernista que muchos quieren ver, ni Garro una progresista templada en el espíritu opositor, como demuestran sus posiciones conspiracionistas y proclives a Díaz Ordaz durante el 68, o su amistad con Gutiérrez Barrios, o el hecho de que haya sido informante del régimen. Como tampoco hay evidencia alguna de que Paz haya intentado sabotear su carrera, antes al contrario.

A días de cumplir 100 años, Elena Garro tiene una buena oportunidad de retomar el vuelo sin la sombra de los hombres de su vida, como es justo. A ver si le echan una mano.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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