Sin sorpresas, la Reserva Federal subió la tasa 0.75 por ciento y la llevó a 4 por ciento. Donde sí hubo sorpresa fue en el mensaje de Jerome Powell posterior al anuncio de política monetaria. Fue un discurso hawkish (duro), de preocupación todavía por la inflación y sin dejar claro en qué momento frenarán las alzas. El mercado quería oír un mensaje más positivo u optimista, pero no fue así.
Por lo que puedo interpretar, al no ceder la inflación, la Fed subirá la tasa 0.50 por ciento en diciembre, en enero no habrá junta, 0.25 por ciento en febrero y 0.25 por ciento en marzo. Con este panorama, en marzo tendríamos la tasa de referencia en 5 por ciento, y en ese momento podríamos saber si la inflación baja, si pudiera hacer una pausa o si habremos llegado al final del ciclo de alza. De darse, el segundo escenario será complicado, pero positivo; teniendo certeza de que, en efecto, se puede poner en pausa. También en ese momento —o antes— sabremos si hay o no recesión, y de haberla, qué tan fuerte será. Yo creo que sí habrá, pero no muy severa gracias a los fundamentos económicos de ese país, que siguen fuertes.
En México tuvimos la publicación del producto interno bruto (PIB) del tercer trimestre, que para nuestra sorpresa salió al alza, y con ello hay mayor probabilidad de cerrar 2022 con 2.6 por ciento de crecimiento anual.
Otra cosa que sorprende es la fortaleza del peso, que ha llegado a cotizar por debajo de 19.50 pesos por dólar. A estas alturas, nadie lo habría imaginado. El peso flota y cotiza de acuerdo con la oferta y la demanda, el amplio diferencial de tasas, la entrada de inversión extranjera directa (que rondará 40 mil millones de dólares), las remesas (que se acercarán a 60 mil millones de dólares), turismo y ventas de petróleo. Dicho lo anterior, me parece un nivel atractivo, ya que no creo que se pueda apreciar mucho más. Tampoco creo que venga una devaluación fuerte, pero su nivel real debe estar cerca de 20.50 pesos por dólar. También me parece justo decirlo: en el contexto global, México no luce mal frente a lo que ocurre en Europa y muchas economías desarrolladas y emergentes; basta con ver lo que le ha pasado al euro, la libra esterlina y el yen japonés.
Esta semana está llena de eventos relevantes y destacan en el plano nacional la reunión de Banco de México el jueves, cuando se espera que la tasa llegue a 10 por ciento después de ver un alza también de 0.75 por ciento, y el miércoles conoceremos la inflación al cierre de octubre, un elemento más que ayuda a Banxico a tomar su decisión.
Hoy habrá elecciones intermedias en Estados Unidos. Con la baja popularidad de Biden —en gran medida gracias a la inflación por arriba de 8 por ciento—, es muy probable que pierda la cámara baja y el Senado. Las encuestas le dan el liderato en el Congreso a los republicanos, y por muy estrecho margen los demócratas aventajan en el Senado. No será sorpresivo que Biden pierda ambas y tampoco esto debe hacer más ruido en el mercado. El jueves también se publicará la inflación de octubre de Estados Unidos, que es, sin duda, el evento de mayor peso e influencia en el mercado. Será positivo ver que cede un poco la inflación, el principal ingrediente de preocupación.
Juan S. Musi Amione
juansmusi@gmail.com
@juansmusi