Santos, aunque perdió no sufrió mucho en el infierno; quién no ha sufrido. No es novedad.
Lo diferente fue que los laguneros ofrecieron cierta batalla, no se desdibujaron como era de esperarse, hasta llegaron a asombrar.
La rica historia de estos dos equipos (Toluca y Santos) nos obliga a afirmar que ambos “se tenían”.
En el 2010 Santos tenía en un puño al diablo en la final. En el juego lo debió haber liquidado, y ya no digamos en los penales.
Aquello fue un sueño lleno de tormento.
Los verdes dejaron ir el campeonato porque lo tenían muy cerca. Hoy es otro momento de verdad para reprocharle a la vida del futbol que ha sido adversa a las propuestas de antaño que el Santos le ha hecho.
Si me tenías a tus pies y me dejaste ir por irresponsable.
En aquella fecha histórica Santos dejó pasar la gran oportunidad de ser campeón.
Hoy vemos esa aparente realidad virtuosa como un defecto de la institución porque el hecho se tenía en consideración pero no se pudo lograr.
Fue la ley de la vida la que ordenó que Santos no fuera campeón.
Hoy, con tanta desgracia encima, haber perdido por un gol en pleno infierno, se aprecia como un logro porque el perdedor fue digno en su conducta, sorpresivo por momentos y novedoso en su actuar.
A lo largo de los años, Santos ha tenido (si me tenías) tantos logros, premios y bellezas que nos obligan a recordar esos gratos momentos.
Toluca, ese equipo, el estadio, los penales y la copa alzada que luego se logró, son la referencia dolorosa pero virtuosa donde Santos canta con recuerdos profundos.
Santos tenía todo pero lo ha perdido y olvidado.