La tradicional incomodidad de cualquier liguilla ha vuelto.
El mejor de todos (Toluca) no supo encarar su compromiso con cierta dignidad, Seguramente piensa, siente y cree que en su infierno arreglará su problema ante un Monterrey que sus millones de inversión se pueden desvanecer.
Los “Diablos” necesitan ganar; como sea y como quieran, pero triunfar es su única opción. Es su nuevo castigo por no haber podido hacer bien las cosas en la ida.
Los Rayados no acostumbrados a soportar presión podrán obtener agua de las piedras.
América supo salir con vida de la casa del muy incómodo Pachuca quien estará más que obligado a vencer al poderoso amarillo.
Aquí aparece la misma situación que tiene Toluca pero al revés porque los Rojos estarán en su casa, esperando que eso de algo le sirva.
La incomodidad de esta liguilla radica en tener la cruda verdad aunque en apariencia esté de su parte.
Obligado a ganar de visita, como es el caso para Almada, complica todo lo bien portado que se pudo ser. Es donde el valor del torneo cobra fuerza para bien de uno (América) y mal de otro, Pachuca.
El calladito Cruz Azul fue la única visita que supo ganar. Sólo eso lo acredita para ser semifinalista porque León deberá vencerlo por dos. Con esa etiqueta es suficiente para presumir que su torneo ya valió la pena.
Mérito y honor a quien ya levantó la voz para que todo el país lo aprecie. Ganar de visita en liguilla es una consigna ya no tan usual.
Los verdes de Guanajuato ven pasar el desfile con tristeza porque han perdido en el campo y en la mesa de los grandes.
El otro regio salió con raspones y algunas heridas pero pudo salir con vida.
Por el momento, seguramente eso lo tiene contento y tranquilo. Falta ver que frente a los suyos no se le ocurra perder, lo cual sería nefasto.
¿Conclusión? Ver sufrir al líder general siempre es simpático según nuestra costumbre.
Estar al pendiente de los que están obligados a ganar se convierte en la sabiduría de cada semestre.
No perder es una tarea recurrente. Usted ponga los nombres.
