Como país futbolero nos distingue la forma de premiar al gran ganador.
Así nos gusta aunque parezca irreverente.
Muchas ciudades del país han tenido el privilegio de ser afitrionas de alguna final.
La Ciudad de México, Guadalajara, Toluca, Morelia, Pachuca, Monterrey, Tijuana, San Luis Potosí, La Laguna, León, hasta Querétaro y Cancún han tenido la dicha de acoger una gran final en torneos cortos.
Todo el país se interesa en esta enorme fiesta que no sólo contagia a dos entidades porque todos nos involucramos. Ahora hasta Puebla estará ligada a la contienda.
Tratar de explicarle (y que nos comprenda) a un forastero cómo se define al campeón en nuestro singular país es más complejo que entender el funcionamiento pleno de la inteligencia artificial.
Para hacer más incomprensible y hasta incongruente el tema, uno de los dos finalistas no podrá jugar en su casa, porque por el momento no la tiene.
Con esa aparente desventaja se presenta el América capaz de resolver el problema de otra manera.
Nuevo León está dividido. Pensar que algún fiel seguidor de Tigres desea que los Rayados sean campeones es inaudito. Lo mismo podemos imaginar de otras entidades y aficiones no afines al América.
Es donde el futbol divide pero a la vez une en términos de evento por eso entre todos podemos hacer más grande la final.
¿Qué le conviene a la liga y al país? Si América es tricampeón habrá euforia nacional.
Si Monterrey es el que alce el trofeo, sus seguidores y los anti amarillos se unirán al festejo.
La victoria convoca a la felicidad y también invita a maldecir a quien no es bien visto.
Ambos equipos ya tienen un gran mérito: llamar la atención. Por lo pronto con eso basta porque es justo reconocer que esta final atrae mucho más que la de Querétaro y Santos.
No es necesario dar más explicaciones.
Por lo pronto, al margen de simpatías y de enemistades, todos tenemos la obligación de enaltecer nuestra fiesta, esté o no el equipo con el cual se tenga afinidad.
Bendito nuestro país que hasta para ser campeón existe una competencia en apariencia desleal porque el club que ocupó el lugar cinco se enfrenta al ocho.
