Pocas cosas agradables le quedan al Club Santos para presumir. Con su tradicional “Guerretón” que siempre ha sido exitoso y entusiasta puede levantar la mano para ofrecer algo que llame la atención afuera de la cancha.
La socialización y cercanía con la comunidad se distingue para efectuar algo distinto que genere entusiasmo a alguien.
Aquí se juntan la comunidad con los beneficiados para hacer no distraer.
Este evento tiene ya su tiempo de haberse establecido, no es casual, no se les acaba de ocurrir para distraer los malos resultados del giro propio de la empresa.
Se le reconoce al Club Santos su intención para ayudar sin voltear a ver a quién, sin que su mano derecha sepa lo que hace la izquierda. Sirva la ocasión para valorar su intención la cual se aplaude pues genera un ligero bienestar.
Provoca algo sensible por más simple que parezca.
Se hace presente en el lugar donde no necesariamente tiene la estricta obligación de estar; nadie lo ha obligado, le ha nacido construir en común esta obra de esparcimiento que llega a contagiar y a provocar momentos agradables.
Los sentimientos que genera son de íntima pertenencia, radican en la parte sensible del alma, lo cual provoca que las relaciones humanas sean virtuosas y entrañables.
Bendito el Guerretón porque es capaz de aligerar el espíritu y hacer que la pesada carga del futbol se pueda afrontar de mejor manera.
Disfrutemos este significativo evento como señal de buena voluntad.