La música como una experiencia que abreva de los conflictos sentimentales y existenciales. Eso es lo que suelen deparar las canciones de la banda capitalina, que casi sin querer ha rebasado los 20 años de trayectoria. Y ahora nos entrega 9 canciones inéditas que se extienden 41 minutos. ANIMANECIA es prueba irrefutable de la perseverancia y el respeto ante el oficio; el título mismo nos remite al aferre, a la resistencia a ultranza. Y es que prácticamente han tenido que refundarse e incorporar a nuevos integrantes; a Pascual Reyes siempre le sobran composiciones, la clave pasaba por renovar el ánimo para seguir adelante. No pocos fuimos los sorprendidos por “Aventar”, pieza que aceleró el ritmo e incorporó metales; anticipó buenas cosas por venir.
Este disco trae consigo algunas de las piezas más notables en la historia del grupo; comenzando con “La espina” (original del extecladista), un tema lento y oscuro que acude un poco al country y al rock clásico; la mejor parte viene con un coro épico y un acento algo gospel que deja estupefacto al escucha. En esa misma línea que abreva de Johnny Cash y Roy Orbison encontramos “Tecolotes”, una balada noctámbula que nos reconcilia con el anhelo de volver a casa para encontrar a lo mejor de nosotros mismos. Como segundo sencillo han elegido “Entre la sombra y el silencio”, un medio tiempo que es elegante y seductor; está destinado a traerles nuevos seguidores. Mientras que los fans de la vieja guardia se volcarán sobre “Me da miedo la vida”, que provoca una sacudida brutal ante la incertidumbre del futuro. Consideró que ahí está lo mejor, aunque será “A pesar de mí”, el dueto con Dr. Shenka de Panteón Rococó, la que acaparé atención mediática. Debo también destacar que Vicente Jauregui relevó con gran inspiración a un guitarrista de leyenda, como ya lo es Alejandro Otaola. Ha crecido mucho como ejecutante e imprimió un aliento nuevo a la agrupación. Todo un acierto su sexto álbum.
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