Resulta más que lógico que entre los mejores álbumes de cada año se encuentren muchas de las canciones más logradas -más allá de que se les analice como una entidad-; y este año no es la excepción, no hay falla cuando mencionamos a “Kyoto” de Phoebe Bridgers, “I contain multitudes” de Dylan, “Shameika” de Fiona Apple o “Goliath” de Woodkid. Su enorme calidad apuntala y consolida al disco que las contiene, pero por ahí andan grandes canciones sueltas que nos hacen flipar.
No se trata pues de un listado de las mejores, en está ocasión se trata de ofrecer algunas de esas joyas ocultas que aparecieron como sencillos y que me llenaron de gozo. Por lo que en primer lugar debo de destacar a Soledad Vélez, una chilena afincada en España que hace electrónica de baile con gran intuición para otros estilos y hacerlos mutar -llámense trap o reguetón-. Tanto en “Perverso” como en “Tu mejor amigo” aparece un peculiar sentido melódico que entrecruza rítmicas con su enorme visión.
Y un caso similar es el de Rigoberta Bandini, el alias artístico de Paula Ribó, una catalana nacida en 1990 y con larga trayectoria en otras disciplinas; actriz de doblaje, novelista y dramaturga aprovechó el encierro para concebir una electrónica llena de elementos pop que resultó tan contagiosa que se volvió viral. “In Spain we called it soledad” es una pieza eufórica, infecciosa y se suma a un corte previo como “Fiesta” (una extraña manera de evocar al italiano Franco Battiato).
Cierro esta lista casi privada con un guiño, puesto que C. Tangana en España es un éxito de masas, por lo que “Tu me dejaste de querer” (junto a Niño de Elche), una combinación de flamenco, bachata y pop, en la península ibérica fue un bombazo que acá sedujo a los escuchas más irreverentes.
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