Ya eres presidente de Guadalajara, nada más te recuerdo que encabezas una más de las administraciones en nuestra ilustre historia.
Si, tenlo claro siempre: este que encabezas es solo y únicamente un ayuntamiento (administración pública) y el municipio somos todos los demás.
Y tú labor deberá constreñirse a vigilar el buen uso de los recursos del erario, que no te pertenece, y, además, es tu deber preservar e incrementar la riqueza, que es de todos.
Huelga decir que entre las riquezas que nos pertenecen está el patrimonio ambiental y en eso tienes una gran responsabilidad para recuperar el terreno del PARQUE RESISTENCIA HUENTITÁN.
Si, querido Pablo: ese parque es de la gente y nos fue robado por gente que, como tú comprenderás, tiene un nulo respeto por el valor del bien común o el interés público, y a ellos nada más les interesa el capital y hacer negocios con lo que no es suyo para así generar ganancias obscenas y beneficios particulares indecibles.
Les gusta y gozan atascarse los bolsillos sin invertir, son criminales de escritorio y las autoridades que los protegen son cómplices del atropello.
¿De a cómo serán el negocio y las mochadas que han doblegado las conciencias de tus antecesores?
Pablito: sabemos que quieres ser gobernador y que para ello has movido todas tus influencias y contactos a fin de solventar la travesía.
Sábelos también de tus nexos con personas de confirmada reputación nada grata.
Sabemos de tus argucias y buenas maneras para convencer y seducir a los incautos… lo que no sabemos es cómo actuarás al frente de tan importante responsabilidad pública para trabajar en beneficio de las mayorías.
En verdad espero y hago votos para que entiendas que tu compromiso debe ser garantizar el equilibrio social para contrarrestar la inseguridad inclemente que hoy nos agobia.
Una estrategia para conseguirlo, sin duda, es dotar a la ciudad y a la comunidad de espacios para la convivencia sana y civilizada, tanto como crear escenarios para la recreación y, principalmente, áreas verdes públicas para mejorar las condiciones hacia un mejor desarrollo humano e incrementar la calidad de vida en entornos de privilegio.
Pablo, Pablo… de verdad te digo: tengo confianza en que harás lo correcto y defenderás nuestros intereses para salvaguardar tus aspiraciones y, de paso, nos devolverás la dignidad.
Ojalá alcances a entender que el diálogo es esencial para construir juntos la armonía que tanto nos hace falta.
Pablo, no te equivoques, el parque no es de los ladrones: RECUPÉRALO en nombre de la ley y las generaciones futuras te recompensarán.
Por mi parte te felicitaré cuando hayas cumplido tu cometido.
Jorge Fernández