Absorto en el entusiasmo generado por el sorprendente fluir de la existencia en el tránsito a lo eterno, el 28 de junio en este año del Señor, la vida me obsequió con el privilegio de un ser que ha llegado a transformar el significado del amor y me ha conducido por la senda de la felicidad en el camino de la gracia. Hoy me encuentro pleno de alegría en la certidumbre de la generosidad y la abundancia espiritual inspirado por el hálito vital de Emilio, mi primer nieto e hijo primogénito de mi niña del alma, Dania Paulina y de su hoy esposo Fernando Santiago.
Ha nacido un niño amable, gracioso, vivaz y cortés. Tales son los atributos que le dan sentido al nombre que lleva ahora quien porta nuestra sangre para garantizar la continuidad de la estirpe, en el acto de las presencias que retan al destino y prometen convertirse en la razón y motivo para construir universos insospechados de gozo y armonía.
Hoy experimento una inefable sensación de certidumbre, serenidad y esperanza. Me descubro inmerso en la súbita revelación del insondable misterio de la vida. Me declaro emocionado por el sortilegio de tener la dicha de la buena ventura que trae consigo este niño de las maravillas. Me decanto por el disfrute de la contemplación de su expresión cándida y divina. Emilio es un ángel que nos concede la luminosa esencia de la belleza, la bondad y la virtud.
De la mano de Dios, el futuro es ya la constancia de la utopía traducida a escenarios en donde ocurre la perfecta epifanía del eterno retorno al lugar sagrado en el que somos felices: el hogar, sitio acogedor y cálido que nos envuelve, protege y resguarda. Emilio es ya la chispa que enciende la llama de la paz, inflama nuestros corazones y nos da alas para alzar el vuelo. Emilio es ya energía apasionada que irradia y nos infunde la fuerza que nos acompañará siempre para ejercer los dones que lleva en sus alforjas y en su alma.
En la familia estamos muy contentos. Emilio es ya el símbolo de fraternidad que nos abre puertas y ventanas, que nos une y reúne en torno suyo para hacernos uno. Emilio nos muestra el sendero ascendente hacia una nueva vida que nos hace entender y descifrar el código secreto contenido en el espíritu del tiempo del amor y la eternidad que ya han comenzado…
Emilio, que tu ser en esta dimensión nos permita “subir y comprender el significado de la bondad y del amor”. Bienvenido, sangre de nuestra sangre. Te Amamos. JFA