Política

¿Acaso te vale?

  • Trampantojo
  • ¿Acaso te vale?
  • Jorge Fernández Acosta

Era viernes. Con la ciudad agitada realicé mi habitual recorrido por las calles y avenidas del área metrópoli, los motivos fueron diversos pero todos se relacionan con mi trabajo: visité obras, oficinas, bancos y otras locaciones que me demandan presencia y tiempo.

Al final de la tarde, el camino andado sumó cien kilómetros de indiferencia ante un mal grave y crónico que padece la mancha urbana que habitamos: la basura aglomerada. No he podido descifrar aún la dimensión de la apatía que nos abruma y enorgullece. Vemos basura en las banquetas, en los arriates, en los camellones, en los jardines, en los machuelos y en las guarniciones... en las mejores casas y en las zonas abandonadas. En todos lados.

Es omnipresente y parece que a nadie le cala la vista, los oídos, la lengua, ni el corazón, en una palabra todo su ser. La gente deambula entre sonámbula y somnolienta, entre apresurada y dispersa, vacía y sin sentido se dirige hacia el caos al que ya nos acostumbramos.

No puede ser, me digo y me repito a cada segundo que transcurre, algo debemos hacer y pronto. ¿Qué nos pasa? ¿Qué queremos?... Por más que intento, ha sido muy complejo hacer que la gente responda al llamado a la civilidad. La inteligencia social inexistente nos mantiene en la inercia del egoísmo recalcitrante.

Nadie quiere ver por el otro, no es cosa suya lo que le pasa a la ciudad ni a los demás, “para eso está la autoridad”, “por eso pago impuestos”, pensamos o escuchamos sin tapujos. Señoras y señores, muchachos y muchachas, chicos y chicas, homosexuales y heterosexuales, estudiados e ignorantes, empresarios y empleados: esta es la palabra que clama en el desierto cultural que nos rodea.

No tenemos educación, no hay conciencia ambiental, no existe la civilización entre nosotros, no sabemos hacer ciudad y no hemos podido trabajar juntos para reconvertir a Guadalajara y los municipios vecinos en una metrópoli pulcra e inmaculada. No hay pretexto que valga, no hay excusa posible, no tenemos paros disponibles... somos guarros y nos jactamos de serlo. La calidad cultural y ambiental de un asentamiento se mide en función de la imagen que proyecta en términos de higiene y salud urbana.

No tenemos alternativa, o nos ponemos de acuerdo y nos ayudan en esta labor que nos hemos echado a cuestas o pronto nos veremos rebasados por la contaminación silenciosa que nos conducirá a la pérdida de la identidad como seres racionales para retroceder y convertirnos en **homomugrens, profetas de los antivalores: evasión, egoísmo, enajenación, vicios, consumismo, vacío existencial, intolerancia, connivencia, mala educación, anticivismo, relativismo y permisividad, inconsciencia... todos ellos signos irrefutables de la sociedad contemporánea.

Imposible no es opción, o qué, ¿acaso te vale madre?

Jorge Fernández Acosta

jfa1965@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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