El conflicto simulado entre Marcelo Ebrard y Morena, a todas luces se ve que fue pactado; si bien es cierto que la publicidad negativa a nadie beneficia, en política esa regla es excepción, por lo tanto, ésta riña ficticia se está utilizando más que para impugnar la elección interna de los morenistas, es para distraer la atención del enorme brío que está provocando la designación oficial del frente amplio a favor de la Senadora Xóchitl Gálvez.
Al surgir la figura de Xóchitl Gálvez trastoca toda la estructura de morena incluyendo al Ejecutivo, pues ellos esperaban personajes de la talla de Santiago Creel, Enrique de la Madrid, José Ángel Gurria, Beatriz Paredes, por mencionar los menos, los cuales ya los tienen bien identificados y analizados para exhibir su debilidades por ser personajes, que ellos etiquetan como fifís y clase media. (Desprecian a la clase media, ignorando que es el eje, economía y estructura de un país)
El perfil y la historia de vida de la Senadora Gálvez, más parece que emana de morena, que del frente amplio, es decir, su origen popular aunado a la herencia consanguínea de su padre, el cual perteneció a la etnia Otomí, mientras que su madre era mestiza, por lo tanto, por sus venas corre 50% de sangre indígena, aunque les cause fuerte escozor a los morenista. (Así o más incongruentes, el colmo).
Desde su infancia la Senadora Xóchitl Gálvez ha sido una aspirasionista.
En palabras coloquiales una luchona o chingona; de niña en su pueblo rural Tepatepec Hidalgo -población de 14 mil habitantes-, en su niñez se abrió paso vendiendo tamales y gelatinas, para ayudar a su casa y para sus estudios de primaria y secundaria, (mientras que su actual contrincante -la del apellido extranjero- tenía clases de piano y ballet) Xóchitl actuando con valentía, ganas de estudiar y superarse, logró titularse (en sólo cinco años) de Ingeniera en computación, hace más de 40 años.
Ella se dedica a innovar edificios inteligentes, con la ayuda de la cibernética, ahora uno de sus anhelos es aprovechar sus experiencias y aplicarlas para el bien de México; sus metas están en el futuro, porque el pasado ya se fue.
Hacer de México y los mexicanos un país de aspirasionistas, no de conformistas; el conformismo es retroceso y mal ejemplo a la juventud y nuestros hijos.
Otrosí digo. Xóchitl Gálvez resultó ser la suma de todos los miedos y la Kryptonita, tanto del Presidente López Obrador como los morenistas, mismos que ya no saben por dónde atacar y lo que es peor al no poder probar sus calumnias, ahora están inventando sandeces, inclusive pretenden despojar de su casa, al proponer derrumbarla (otro distractor) por trámites ficticios administrativos; típico de perdedores que se quedan sin argumento.
La quieren enterrar, sin advertir que es una semilla de un árbol frondoso.