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Andy Murray: el tenis aún te necesita

"No estoy seguro de poder soportar el dolor otros cuatro o cinco meses" y la prensa presente se congeló. El retiro por lesión prematuramente sin duda puede ser de lo peor que le puede ocurrir a un deportista y el viernes pasado para Andy Murray este escenario se volvió una realidad en el momento que decidió entre lágrimas abrirse al mundo con la realidad que vive hoy por hoy. A sus 31 años, la derrota ante Roberto Bautista en la primera ronda del Abierto de Australia podría haber representado su última batalla en el deporte. Lo que significa el escocés para el tenis quedó evidenciado con las muestras de cariño que recibió tras el anuncio, y no me refiero solo a los mensajes de aficionados, si no a la reacción gremio de tenistas en general. Quizá solo hasta ahora, cuando repasamos su andar, es que podemos dimensionar la figura de Andy Murray como ser humano y atleta. 

Si bien el cambio es lo único constante en esta vida, su círculo cercano, aquellos que conocieron a ese escuálido niño criado en Dunblane, aseguran que sigue igual, un muchacho común y corriente que la disciplina del tenis convirtió en extraordinario. Mucho ha pasado desde que agarró la raqueta a los tres años de edad, el primer cambio real llegó a sus 14 cuando pasó de entrenar 9 hrs por semana en Escocia a 5 diarias en la Academia Sánchez-Casal en Barcelona. La guía correcta lo llevó a ganar el US Open Junior en 2004 y un año después a dar el salto a profesional. Siete años y cuatro finales de Grand Slams perdidas en la era de los otros tres gigantes resultaba un factor desmotivador y aunado a la presión de la prensa y seguidores británicos que año con año le preguntaban cuándo ganaría en Wimbledon, debido a que desde 1936 no veían en casa a un campeón local, llevaron a Murray al quiebre de su fortaleza mental. 

La edición de Wimbledon 2012, perdida ante Federer en cuatro sets, fue un parteaguas para él. Años atrás, sin contar aún con la guía de manejo de prensa para una figura pública, Andy había respondido en radio en el marco de Alemania 2006 “Todos menos Inglaterra” a la pregunta de quién quería que ganara el Mundial. La repercusión fue de grandes proporciones. La prensa no perdonó y solo hasta ver el llanto de un joven de 25 años derrotado en el césped fue que el hielo verdaderamente se rompió. Al poco tiempo, llegó el oro olímpico en esa misma cancha, después su primer Grand Slam en Nueva York y aquel sueño y deseo de tantos británicos finalmente se cumplió en 2013, después de 77 años Murray alzaba el trofeo. Con el éxito absoluto su voz se volvió cada vez más respetada y lo importante fue que el miedo de hablar sin tapujos lo que pensaba y creía correcto no existió, aunque se tratara de un tema controversial. 

Una figura masculina que ha luchado por la igualdad salarial y de género en su deporte, contrató a una mujer como su coach, corrigió a un periodista que hizo menos los logros del sector femenil, etc. Esas pequeñas anécdotas que sus colegas conocen bien provocaron no solo empatía tras el anuncio si no anhelo por seguirlo viendo jugar. Como dice un experto como lo es Toni Nadal para El País, su palmarés no habrá sido numeroso como el de Federer, Nadal o Djokovic, pero su juego no estuvo alejado del de ellos. Simplemente le tocó vivir en la mejor época de este deporte. Solo queda esperar, que el dolor de alguna manera cese, por lo menos lo suficiente para que se pueda despedir donde se merece, en el All England Club con su gente. 

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Jimena Rodríguez
  • Jimena Rodríguez
  • jimena.rodriguez@milenio.com
  • Licenciada en Comunicación por la Ibero especializada en periodismo. Redactora web e impreso Milenio La Afición y conducción en Milenio Televisión
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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