El objetivo del Cancerotón que este año se realiza en Nuevo León tiene por objetivo reunir los recursos suficientes para contar aquí, en el Estado, con una clínica enfocada al diagnóstico temprano de una de las enfermedades más temidas por los seres humanos.
Ser notificado de un diagnóstico de cáncer en estado avanzado es demoledor para el ánimo de cualquier persona, que se convierte de golpe en un paciente a merced de las quimioterapias, las radiaciones y los fármacos.
Tal vez lo peor sea enfrentar, en medio de su infortunio, a la incertidumbre sobre el tiempo de vida que les queda, si acaso no logran curarse.
Los tratamientos, por desgracia, no sólo destruyen las células cancerosas, sino también células sanas que dejan a cualquiera en una situación incapacitante, indefensa: sin cabello, agotados y deprimidos es tal vez decir poco sobre el organismo de un enfermo de cáncer.
Cuánta impotencia saberse a merced de un padecimiento que los consume de múltiples formas: en lo físico, en lo económico y en lo psicológico.
Y eso cuando los enfermos tienen la posibilidad de atenderse con algún sistema de salud pública o privada, porque hay a quienes no les alcanza ni con el Seguro Popular y tienen que comprar sus tratamientos de quimioterapia con recursos propios, para no retrasar la programación que les marcan sus médicos.
Ojalá y este esfuerzo de #Cancerotón2015 detone no sólo una clínica de detección y atención temprana del cáncer, sino también toda una cultura de la prevención, bajo la premisa de que la mejor medicina es la preventiva.
Los sistemas de salud hacen muy poca prevención de enfermedades como el cáncer y la diabetes, que tienen en quiebra las finanzas de la seguridad social.
Es urgente cambiar los hábitos alimenticios desde el hogar y la escuela, no sólo gravar con nuevos impuestos la comida rápida de las tiendas de conveniencia, los refrescos, los cigarros, el alcohol y la comida chatarra para alimentar el barril sin fondo de la salud pública.
Mientras no existan políticas públicas de prevención para la salud, es inmoral gravar con más impuestos los productos nocivos, en lugar de invertir en campañas que reduzcan su consumo.
Si vas a gastar hoy y mañana en comida chatarra, refrescos, cigarros y alcohol, aporta el 10 por ciento al Cancerotón.
javier.sepulveda@milenio.com