Me entristece el asesinato del periodista Luis Enrique Ramírez, a quien conocí cuando cubríamos temas culturales, en una época en que éramos felices e indocumentados mientras recorríamos el país persiguiendo a poetas, profetas y locos en festivales y auditorios.
Es terrible que sucedan estos crímenes, pero más todavía que haya gente como Alititititititito Moreno y kukluxpanistas que lo acompañan que se empeñan en frivolizarlos para despotricar de manera delirante y absurda achacándole a la “polarización” provocada por el dictador de Macuspana y sus supuestos ataques a la prensa en la única dictadura donde los opositores pueden oponerse.
¿No será que Alititititititito quiere ocultar lo de sus propiedades que parecen superar a las de Loret, además de sus oscuros enjuagues con Antonio Solá, ese provocador incendiario que siempre se aprovecha del ultraderechoso más débil?
El priista está como los voceros balines del sector opositors que, impúdicos, casi dicen que AMLO desató las guerras púnicas. Claro, si dijeran estas cosas sin tener los ojos desorbitados y las orejas echando humo, serían más creíbles sus llamados contra la violencia y a favor de la paz y la concordia.
O sea, es como decir que Héctor Suárez Gomis atacó al periodista Vicente Serrano porque oía una voz en el interior de su cabeza muy parecida a la de AMLO que le ordenaba “Madrea, madrea, madrea”. Bueno, Héctor ya alegó que en realidad los lentes se rompieron solos pues él es muy tranquilo y relajado (como Kaliman, sabe que el que domina la mente lo domina todo). Cómo estará la cosa que Sergio Mayer lo volvió a defender en su papel de gran luchador contra la violencia (para su mala suerte hay un montón de videos donde se pone peor que Adame en tachas); y qué decir de Brozo, el Trujillo tenebroso, que también saltó a abrazar al Suárez Gomis como víctima de la provocación de un triste chairo que quería ganar notoriedad a sus costillas. Ya lo de que Héctor le eche la culpa al “asperger funcional” de su comportamiento violento, supera cualquier fantasía. Me consta que López-Dóriga le quiso ayudar pero, por más que se empeñó, Héctor se echaba solito de cabeza.
Personalmente me han atacado los bots, jéiters y trolls de Calderón, los hermanos Zavala, Chumel y demás criaturitas del McPRIANChu, pero los de Suárez Gomis sí están más bravos, más violentos y amenazadores. Todo se parece a su dueño.
Luis Enrique, que a los culpables les sobre infierno para pagar su crimen.
Jairo Calixto Albarrán
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