A mí, personalmente, la sola idea de un acto en Tijuana convoca por Andrés Manuel López Obrador, para consolidar los lazos con los vecinos del norte y demostrar unidad ante el Baby Trum que está convertido en un nuevo Godzilla sin la gracia del God of Monsters, sí me daba un poquito de grima. Nada más de imaginarme a todos cantando el clásico de El Puma, “Agárrense de las manos”, sí me parecía algo que no tenía mucha gracia.
Sin embargo, luego de ver los comentarios de los antipejes que llaman a repetir el magnicidio de Lomas Taurinas, ya el acto no me parecía tan innecesario. No solo para mostrar unidad, sino para que les dé el telele a los maniacones que piden sangre.
Afortunadamente frente a la histeria colectiva hay personas mesuradas y relajadas como el ex presidente del PAN Damián Zepeda, que junto con Ricky Riquín Canayín casi lleva al partido a los confines del averno, echaba espuma por la boca ante la propuesta presidencial. Igual que el ciudadano Vicente Fox, que fiel a su natural inteligencia y buen humor también se puso como la niña de El Exorcista. El más sensato sin duda ha sido Felipe Calderón, que ofreció todo un menú de mesuradas opciones para responder a las amenazas trumpistas —que por cierto no puso en práctica durante su gobierno— ya que para sus críticas más patibularias siempre puede recurrir a su junior y a su cuenta @Tumbaburros, donde hace ver a David Páramo y a Esteban Arce como finos defensores del comunismo internacional.
Hay gente muy mal pensada que dice que las extrovertidas y mediáticas manifestaciones críticas de los ex presidentes panistas contra la cuarta transformeichon (interesante que en el CEN del PAN, con toda la historia de traiciones, todavía tengan una foto tamaño caguama de don Vicente) no responden a una genuina intención de ser opositores, sino a generar una serie de coartadas para cuando les caigan en la maroma y los manden a investigar por todos sus excesos cuando estuvieron en el poder. No creo, si dejaron al país al borde de ser la pacífica Suiza.
Si nada más les falta la palomita que Moody’s (estas calificadoras que pican, lican y por sus tanates descalifican) le puso a mi licenciado Peña pues, según ellos, “dejó una economía muy sólida”. No se rían, amigos, que esto no fue un chiste de Cleopatra metió la pata.
En Tijuana, dicen, comienza la patria.
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