Estaba científicamente comprobado que superar en materia de clasicismo a la dotora Dresser estaba dificilísimom (ella cree que los mexicanos deberían ser sus súbditos), pero apareció Alazraki a rebasarla durísimo por la ultraderecha. En representación de los viudos de Hernán Cortés y vestido cual churumbel, estaba muy muino y más pelado que de costumbre porque la presidenta Claudia Sheinbaum no invitó a su Mirrey de España a la toma de posesión. Y además se negara a entregarle las llaves de la gran Tenochtitlán para que le rindan culto sus súbditos del PRIAN. Un Alazraki que en representación de la ultraderecha patibularia, sectaria, precaria e insolidaria, que un día se pone el uniforme de Marine y otro el de Pedro de Alvarado, le pide disculpas a España. El chiste se cuenta solo.
Están los ultraconservas en almíbar en las cuyunturas siempre están con Bukele, Noboa, Trump, Biden, Fujimori, Boluarte y ahora con el Borbón, pero nunca con México.
Ahí tienen al Alazraki ibérico, el señor Pérez-Reverte, patibulario personaje que cree que blasfemando como el #SacoDePus y tirando hostiazos intelecuáles como Kike Krauze hay que rendirle culto. Un representante de la España reaccionaria y franquista que siente vergüenza de la transición y hasta de la Movida madrileña. Se siente el Capitán Alatriste y con trabajos es el Pequeño Nicolás.
Y por si no fuera suficientemente artrítico y casposo y patanesco el comentario del señor Peréz, este fue retuiteado por otro notabilísimo monárquico, Acosta, Naranjo, miembro de los chuchitos en fuga, encargados de acabar con el PRD. Si es bonita la coincidencia, pues mientras Arturo el medieval anda muy fifilibustero, mi Lupe amenaza con impedir la toma de posesión de la presidenta Sheinbaum, vestido Julio Iglesias, con el apoyo de un puñado de patitas de molcajete disfrazados de los de Parchís chis chis. ¡Asústame panteón!
Por supuesto, Margarita Zavala y el Chikiliquadri andan pegando de gritos gitanos en un tablao. Y hasta creen que los bancos españoles se irán del país por esta afrenta. Así como no hay borracho que coma lumbre, menos hay banqueros que le den de patadas al pesebre.
La verdad, yo tampoco hubiera invitado al Mirrey (que ha sido apoyado por Pedro Sánchez cuando Felipe VI lo que quiere es entregarle su cabeza a Feijóo y a Aznar), capaz que irrumpe al estilo franquista de Hernán Cortés, trepado en las carabelas de Repsol e Iberdrola, al ritmo de la Malinche de Facho Cano.
