Aunque es muy divertido verlos en sus interminables ejercicios de humor involuntario, convendría por enésima vez compartirles a la señoras y los cñoros gritones de la Opo que afirman que esta es una dictadura que si en efecto esta fuera una dictadura, ya estarían en el tambo. En una dictadura decente, personajillos como los Patitas de Molcajetes, los derechuecos o Alititito Moreno o el Saco de Pus, no podrían andar gritando como todos los días gritan que esta es una dictadura, a riesgo de que la dictadura como cualquier imperio, contraataque.
A menos que sea una dictadura atípica que no actúa como dictadora porque en realidad no es una dictadura.
Ha de ser bien gacho que esperes que la dictadura se comporte como tal y te reprima como debe de ser, te someta a las terapias terribles de cualquier dictadura y y que nunca pase nada. Y aunque te pongas cual calderonicolita patanesco como Acosta Naranjo (don Cucaracho pa los cuates), o mentiroso y sórdido como Lord montajes Loret, o esperpenticamente desubicado como Kike Krauze, es frustrante que no te cierren el changarro ni te censuren ni te torturen ni lo que suele hacer una dictadura con los disidentes.
La Loca Academia de Pinochetistas está muy desconcertada porque el prianismo maniaco insista en llamarle dictadura a la Cuatroté cuando nomás no sigue los protocolos de las satrapías. O sea, a Nayib Ukulele que ha sido autoritario y violento como Somoza, la doctorcita Dresser no lo compara ni con Díaz Ordaz. Y qué decir de Trump, que está ejerciendo como dictator-terminator y no veo ni a Jojojorge Robero de Terrenos ni a Kinky Téllez diciendo que es un peligro para México.
Habrá que compartirles a los pinochetistas que la ultraderecha naconal está muy fuera de sí. Es una maraña de arrebatos que encabeza con más entusiasmo que feligresía, más desmadre que reflexión y más enojo que certezas. De hecho, aunque tosió muy gacho cuando quiso alertar contra el comunismo, yo veo en el regreso de Juanito (el izquierdoso que se volvió derechoso) como el anuncio de algo nuevo y refrescante para el conservadurismo secuestrado por la prominente panza de Alazraki. Ese que con todo y sus chachalacadas no juntó para su marcha contra el voto más empatía que el América en sus últimas derrotas.
La Opo volvió a demostrar que está más obsesionada con AMLO que el Coyote con el Correcaminos… y con los mismo resultados. Siempre acaban atropellados por el tren o el camión, aplastados por la roca o de caída libre.
