El escándalo desatado por la posibilidad de organizar una rifa para sacar el avión presidencial, que gracias al precio de titanio pagado por Jelipillo para que mi licenciado Peña le diera un uso al estilo Yate Fiesta, demuestra que lo que queda del ala opositora tiene dos vertientes: la memística, que acude al sentido del humor, muchas veces resentido y sebo, pero humor al fin, que no está nada mal cuando es capaz de construir una narrativa burlesca alrededor de su odiado AMLO, y la histérico-neurótica, que tristemente es la mayoritaria al remitirte a un estado jodido y cascarrabias, tiquismiquis, bueyón muy propio de aquellos que se la pasan viendo obsesivamente la repetición de la derrota electoral en YouPorn.
Digo, quién querría estar en el asiento contiguo de una Denise Dresser, un Markititititito Cortés, un Ricardito Alemán, o un Tumbaburriux de petatiux, que a la más leve turbulencia se ponen peor que la tripulación de ¿Y dónde está el piloto?
Pido un aplauso para quienes le rinden culto a la contenida e incluyente Laura Zapata.
Es como con los migrantes: los derechosos —te conozco bacalao, aunque andes disfrazao—, a los que nunca les han importado los migrantes (Calderón los criminalizaba y Quique ni los veía ni los oía), ahora se presentan como grandes defensores de los derechos humanos, algo que en sí mismo es una contradicción. Sobre todo porque cuando se anuncian programas de apoyo a los migrantes que los derechosos y conservadores están defendiendo, les gana su naturaleza y salen con discursos kukuxklanescos, xenofóbicos y pendejos. ¿Por qué no le dan empleo a los mexicanos en vez de a los hondureños?, se preguntan enarcando las cejas como si se las fueran a dar de CEO en una empresa transnacional o en una empresa fantasma como las de Chayito, Juan Collado y García Luna Productions. Por cierto, ahora que Florence Cassez va a demandar hasta a la maquillista que se manchó con ella en el famoso montaje, me temo que don Genaro, Jelipillo y varios más, deben andar más jodidos que los empacadores de Green Bay.
Creo que el problema no es el ejercicio crítico, el señalamiento y la manifestación opositora, sino que esté cimentada en la barbarie, el pancho y la víscera de pésimo y artesano gusto. ¿Quién los está asesorando, Mauricio Clark, Carlos Trejo, Carmelita Salinas, Los Chuchos perredistas,
Bien hecho, amikos, ¡no están haciendo Historia pero sí Histeria!
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