Lo mejor de las marchas apartidistas es que a pesar de que no lo son se dicen apartidistas. Y para demostrarlo las encabezan los capos de los partidos como Markititito Cortés, Zambraninititito y Alititito Moreno, luchando por la democracia, que casualmente, ellos no practican. Y lo más chistoso es que la candidata de la oposición, desde un balcón frente al Ángel de la Independencia le dio el banderazo de salida alegando que no había acudido a la marcha para no contaminarla, saludando a los representantes de los países noruegos, gente con hambre de sed, y a personajes de dudosa categoría: Roberto Madrazo, Santiago Creel o Margarita Zavala.
Una marcha que tuvo como orador al ex presidente de INE, que desde ahí ejerció cual líder del PAN, con un discurso que estuvo hecho con los tuits neurotiquitos de Claudio XXX, el ex presichente Calderón, la dotora Dresser, Kinky Téllez, centrado en la idea de una terrible dictadura macuspánica que, para ser tan autoritaria no los ha reprimido, ni perseguido o desaparecido al estilo de la dictadura perfecta a la que tanto extrañan. Digo, Krauze comparó la marcha rosa con las marchas del 68, que es como comparar la Revolución Mexicana con un Chivas-América.
A ver, doc. K, repite conmigo, exageré, exageré, me la súper jalé. Hasta el histeriador vio con sospechosismo el programa “Muévete en bici” que lleva 16 años funcionando, pues pensó que solo estaba para entorpecer la marcha. ¡Pasumecha!
Ya lo más ridículo fue cuando alguno de los anticomunistas primitivos que le aplauden, aseguraron que la alarma sísmica que sonó el sábado trató de apanicar a los marchantes.
Algo que sólo se puede comparar con Carlos Loret armando un montaje que debe tener avergonzado a su maestro García Luna Productions, donde el supuesto líder de Los Ardillos afirmó dar dinero a López Obrador para la campaña de 2006. Una puesta en escena al nivel de Tim Golden y Anabel Hernández. De ahí se puede colegir que López Obrador también recibió dinero de los Soprano, y que él presentó a Camelia la texana con Emilio Varela.
Bueno, una marcha de paranoicos a quienes los organizadores les pidieron que no hablaran con la prensa (y eso que quieren salvar la libertad de expresión), mostraron su temor por el comunismo, la abolición de la propiedad privada, a que México se vuelva Venezuela y lugarazos comunales ya muy manoseados.
Yo le vi ganas a mi Tatankita Córdova de cerrar su stand up con “¡Viva la libertad, carajo!”, pero se aguantó.