El prianismo en tachas se ha contagiado del síndrome de Sandra Baticuevas 2, cuyo síntoma más recurrente es la creencia de que un comunista en cada hijo te dio. Por eso tratan de comparar así nomás a lo buey al calderónico García Luna Productions con Hernán Bermúdez, el tristemente célebre ex encargado de Seguridad de Adán Augusto López en Tabasco. Digo, son dos ligas muy distintas, sobre todo porque mientras a la oposición mediática y política le dio por defender fanáticamente a Genarco como si fuera el niño Fidencio, el morenismo en particular (salvo los extraviados que le gritaron “¡No estás solo!” a Adán Augusto, que le valió el cartón del monero Hernández donde el personaje asegura que no estaba solo, que lo acompañaban los Yunes, Sergio Mayer, Yunes, Rubalcava y varios más) y la izquierda en general exigen que no haya impunidad, que se investigue a profundidad y que de ser necesario se saque a lavar las nailon.
Digo, esos de que la derechairiza en éxtasis aleguen que Adán Augusto tenía que saber sobre Bermúdez y la Barredora, curiosamente son los mismos que alegan que Calderón no estaba obligado a conocer los negocitos de García Luna.
En ese sentido, fue muy divertido cuando la senadora morenista Andrea Chávez le preguntó a la excandidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez (que furiosamente aseguraba que López a fuerza tenía que saber lo de Bermúdez) , si ella sabía o no que su hermana era una secuestradora. Lona directo.
Si es muy sospechosista que un viejo lobo como Adán Augusto le diera la Secretaría de Seguridad al tal Hernán Bermúdez que traía un hándicap muy en contra: su padrinito era Roberito Madrazo, enemigo jurado de AMLO y de la Cuatroté, especulador de la salud y dueño de Latinus. O sea, es como si le hubieras dado los medios públicos a Brozo el Trujillo ultraderechoso y a Lord Montajes Loret.
Yo pensé que lo más cotorro era la aparición de Jojojorge Robero de terrenos (el Chicharito-misoginito del PAN) anunciando un relanzamiento de Acción Nacional ahora que está a punto de perder su registro, pues junta menos gente que los desérticos y polvorientos actos voxistas de don Cucaracho Acosta naranjo y Álvarez y Guasa. Sin embargo, fue todavía más cotorro que Adán Augusto fuera a un programa de radio donde van todos los que son acusados de algo creyendo que ahí los van a exonerar, cuando la veldá veldá terminan bien chamuscados al ritmo de “Explicación no pedida, acusación manifiesta”.
Adán Augusto, por lo pronto ¡aléjate de Monreal!
