El baile ha sido parte de la historia del mundo. A través del tiempo hemos visto que cada cultura ha tenido sus bailes y cada uno de ellos, reflejan el folklore de su lugar de origen.
En el baile el movimiento y la coordinación, van de la mano con la disciplina. En una ocasión al ver un espectáculo de ballet, al observar la coreografía desde lejos y ver el movimiento del vestuario de tul de las bailarinas, me dio la impresión de ver un bello y delicado encaje de organza, que cobraba vida, de forma sutil, al ritmo de la música.
La belleza que inspira el movimiento del cuerpo a la par de una canción, nos mueve a la creación de un estilo de vida, la agilidad que se logra, la gracia de los movimientos, se ve reflejada incluso en el caminar.
Y es que bailar es terapéutico, se ha comprobado que ayuda en gran manera a las mujeres de edad madura, el cerebro funciona mejor al crear nuevas cristalizaciones en las neuronas, al aprender un nuevo paso y la elasticidad de los músculos se renueva, además de mejorar el estado de ánimo ya que bailar es un movimiento enorme de energía.
Las personas que han dedicado su vida al baile, saben que bailar se vuelve adictivo, la generación de endorfinas a nivel cerebral estimula a la persona a moverse más, transformando el bailar en una pasión, mejorando la vida de las personas en cuanto a salud y vitalidad, creando conciencia de la importancia del ejercicio en la vida cotidiana.
Actualmente el bailar tango es recomendado para prevenir el Parkinson y la Fundación Favaloro en Argentina lo ha indicado como una forma de ejercicio para ayudar a la salud del corazón.
A nivel espiritual ya se utiliza el baile como una herramienta con el fin de sanar el alma.
Cabe recordar que el baile siempre ha estado presente en los rituales desde el devenir histórico de la humanidad.
La búsqueda de transmutar la energía negativa a través del baile, se logra al soltar emociones que nos estorban para sentirnos bien y al soltar las emociones negativas, realizamos una depuración en los pensamientos, logrando ver la vida desde una perspectiva más sana. Para concluir, este inicio de año elijamos el bailar como un propósito, nuestro cuerpo y mente nos lo agradecerán. _
