Hace unos días cumplió su primer año y ya tiene en su historia de vida más de un estreno. Quizá el principal, quedar bajo el mando de una mujer. La primera que gobierna y administra el municipio más joven de Quintana Roo, Puerto Morelos.
La semana pasada les comenté sobre el éxito que tienen algunas playas del país entre los llamados spring breakers, en especial la preferencia que tienen por Cancún, pues la agradable plática que tuve con Laura Fernández Piña, presidenta municipal de esa recién estrenada localidad, inició ahí. En el gran reto de surgir y engrandecerse entre dos gigantes.
La expansión de Cancún, iniciada en los 80, siguió la senda natural que la marca como uno de los destinos más atractivos del mundo, por su belleza y riqueza, sin percatarse que en el camino hacia Riviera Maya, se quedaba inerte al paso de los grandes desarrollos y promociones turistas un pueblo casi mágico (busca serlo oficialmente).
Lo interesante es que sigue siendo un pueblo pequeño y lustroso, nació sin deuda alguna y busca, según el objetivo de Fernández Piña, no contratarla en mucho tiempo. El proyecto apuesta por la gestión de recursos, o lo que es lo mismo, ir por las partidas presupuestales etiquetadas para el desarrollo de infraestructura que manejan y designar los diputados federales.
Si tomamos en cuenta que el legislador que menos recursos etiquetados tiene cuenta con 20 millones de pesos, se cabildea, y se suman algunos apoyos partidistas a los que también se tiene derecho (la funcionaria fue abanderada por el verde ecologista, luego de 20 años de militar en el PRI, y ver que para “ellas” no habría nada), el erario del municipio podría funcionar con 500 millones de pesos en este su primer año.
El pueblo —prometen— se mantendrá intacto, “se remodelará el casco principal y se les pedirá a los comercios adecuar sus fachadas al estilo arquitectónico del mismo. El plan es resolver todo con recursos públicos y que los empresarios se hagan cargo de sus negocios. El objetivo es enmarcar de la mejor manera la oferta hotelera de 5 mil habitaciones que tiene el lugar, entre grandes firmas y pequeños empresarios turísticos que ven el gran potencial del destino.
Entre las acciones que los distinguirán será no atraer a la mafia que ensucia y hace inseguro un lugar. Y la mejor manera ha sido, primero, sacar de sus playas a los vendedores de joyería —supuestamente de plata— y de otras cosas que dan risa, para luego desarrollarse como un sitio donde el atractivo no sea la vida nocturna.
El muncipio tendrá además su primera vez, como participante en el próximo Tianguis Turistico, en Acapulco, para promocionar entre los desarrolladores de la industria los atractivos naturales que tiene, como el arrecife de coral catalogado el más importante de América Latina, y el segundo a escala mundial.
Coral, que por cierto, de la mano de la UNAM, ya cultivan. “Sí”, cultivan. Extrajeron óvulos y espermas y los fecundaron en cultivos hidropónicos que ya crecieron y se están desarrollando.
En el Tianguis, el gobierno de Puerto Morelos tendrá reuniones para mostrar su oferta turística, con el fn de elevar el número de visitantes para crear más empleos y tener recursos suficientes para sostenerse como una localidad sustentable, sin deuda.
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