Este fin de semana, además de la “marcha de la unidad” a la que por diferentes vías y con distintos intereses se convocó a todos los mexicanos en las principales ciudades del país, cuyo punto neurálgico imponente y majestuoso será la Victoria Alada, mal llamado Ángel de la Independencia, inspiración del arquitecto Antonio Rivas Mercado, en Reforma e Insurgentes, en la Ciudad de México, el ambiente también se respirará caliente por los festejos en torno al comercial y consumista (pero muy bien recibido) Día del Amor y la amistad, Día de San Valentín.
El día exacto para celebrarlo es el martes, pero el pretexto es inmejorable para el fin de semana. Y si no pregunten a las mujeres, las más “detallistas” según los comerciantes de la CdMx, gremio que asegura que “ellas” son las grandes compradoras con 60% de lo que este amoroso día implica en gastos.
Los caballeros, y no lo podrán negar, son los que menos invierten en esos “regalitos” que para muchos resultan cursis y chocantes, pero que pocos rechazan; aunque luego no sepan en donde poner el gran oso de peluche que invade la cama u obstruye el paso al guardarropa o vestidor, o lo peor a la salida de la habitación y que, al pasar del tiempo, se convertirá en una fuente amigable y hospitalaria para los ácaros y el polvo, para terminar sus días en el camión de la basura como asiento de los malabaristas ayudantes del chofer que cuelgan, bajan y suben del vehículo aun cuando éste se encuentre en marcha.
Datos de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la CdMx (Canacope) estiman la compra de regalos por persona irá entre los 900 y los mil pesos. Y la derrama económica prevista para este año será de mil 742 millones de peos, es decir, aumentará respecto al mismo festejo en 2016, casi 11%, cuando se reportó en mil 570 millones de pesos. O lo que es lo mismo esta cursi celebración no ha muerto, sigue rozagante y en plenitud. Viva el amor, y la entonación masiva del Himno Nacional para por lo menos demostrar que tenemos uno de los más hermosos del mundo
Reconocimiento
Todos sabemos que ahí están, que son necesarias, y cuando acudimos a ellas lo único que queremos es recibir un buen servicio que no ahonde nuestra pena. Sin embargo, poco se sabe que reciban algún reconocimiento, y mucho menos un galardón por estar entre “Las Mejores Empresas Mexicanas 2016, Empresas Revolucionando México”, pues me enteré y por eso no lo quiero pasar de largo que el grupo de servicios funerarios J. García López fue elegido entre 360 empresas nacionales con esta distinción. Lo obtuvo, según los organizadores (Citibanamex, Deloitte y el Tecnológico de Monterrey) por su alto desempeño en la gestión de negocios y buenas prácticas.
La compañía cien por ciento mexicana, dirigida por Oscar Padilla, fue fundada en 1981 ofreciendo servicios crematorios; para 1983 se decidió crecer el modelo de negocio, brindando servicios funerarios integrales. Cuenta con ocho sucursales y atiende 30% del mercado en el área metropolitana de la Ciudad de México. Digo, por si se ofrece.
Entre las empresas premiadas también está Kidzania, Lap Laboratorios, Si Vale, Cravioto Ferretería, Experiencias Xcaret, La Loma y SuAuto GM. De todo un poco y el talento mexicano en todos los sectores mucho.
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