Conocí a Olga Sánchez Cordero Dávila, hace la friolera de 60 años. Éramos muy chicas. Su madre Olga, fue durante muchísimos años, la gran amiga de la mía. Su padre Jorge, el maestro, ayudó enormemente al mío, hasta que logró ser doctor en Derecho por la UNAM y Magistrado. Fue su adjunto en Derecho Civil, en la Facultad de Derecho.
Esto viene a cuento porque invariablemente mi madre ponía a Olga como ejemplo en todo. Siempre tenía que haber competencia, que por supuesto Olga ganaba. Era más grande y más lista que todas nosotras. Por ella fui al Colegio Francés Mayorazgo, estudié piano, fui a clases de ballet con la extraordinaria Olga Escalona y todas las navidades y años nuevos me la pasaba en su casa.
Hace muy poco la volví a ver, en un evento de mujeres de la campaña de Alfredo del Mazo. Fue la oradora principal. Abrió el evento y fue tajante, dura, seria e inteligente en todo lo que allí nos dijo. Convocó a que creciéramos como los grandes seres humanos que somos. Mujeres valientes y esforzadas, valiosas y poderosas.
Todo esto es porque hace pocos días, nos platica Olga que pudo convivir con la brillante Hillary Clinton en el foro de la Conferencia Anual del International Women' Forum (IWF) que se celebró en Houston, Texas. Esta vez, Hillary entró al Salón Internacional de la Fama del Foro, como ella hace tres años. Lugar que sirve para honrar y celebrar a las mujeres líderes de las naciones, dentro de la industria, la academia, los medios, las artes y la ciencia.
Fundado en 1982, el IWF promueve el liderazgo en todas las profesiones, culturas y continentes. Ha reunido a un colectivo global de mujeres sin precedentes para intercambiar ideas, ser fuente de inspiración y aprendizaje y promover el mejor liderazgo en un mundo en el que existen 6 mil mujeres líderes de todos los continentes.
Por supuesto que Hillary es un ser extraordinario que no está en el sitio en el que debería. Con toda la fama que tiene alrededor del mundo y con lo que ha trabajado, establecido, generado y apoyado, para los habitantes de su país, debería de ser la Señora Presidenta. Otra historia se escribiría en esa tierra y en el mundo.
Ha demostrado con sus hechos, con su forma de actuar, de pensar, de estructurar su vida, que es una guerrera. Pero... es mujer y es muy difícil que alguien logre entenderlo.
¿Y Olga? ¿Dónde podremos poner a alguien tan brillante?
