Ahora que falleció mi doble tocayo Joao Gilberto Prado Pereira de Oliveira me puse a pensar en la hermosísima canción de bossa nova Garota de Ipanema, cuyo nombre original era Menina que passa, imaginada por nadie menos que Vinícius de Moraes(letra) y Antonio Carlos Jobim (música), y cuyo verso más poderoso es “olha que coisamais linda, maischeia de graca”.
Garota de Ipanama es una expresión que, traducida al buen romance, significa “Muchacha de la playa de Ipanema”. Ipanema es barrio y playa de Río de Janeiro y, por cierto, cuando estuve allá en el mundial de 2014, acudí a la casa emblemática deVinícius y tuve otra retrospección evocativa.
Pensé en una de sus más conocidas y certeras frases, una frase que no tiene desperdicio y que yo suelo citar con frecuencia: “Los amigos no se hacen: se reconocen”, correlativa de otra de Bob Dylan que a la letra dice “No me quieras imponer tu amistad”.
Y es verdad. Cuando conocemos a alguien experimentamos, en el primer pronto como dicen los españoles, eso que mi querida amiga Ana María Novello llamó con puntería impar “resonancia afectiva”, esto es, desde el minuto uno del primer tiempo sabemos quién podrá ser amigo, compañero de cordada, en este mundo.
Y también sabemos lo contrario: con quién jamás podremos tener esa química afectiva que se advierte desde los primeros pasos de una relación amistosa.
¡Ah! Tras la muerte del enorme Joao Gilberto pensé que el universo personal ha quedado menos desprovisto de Gilbertos Prados. Snif.