Repantigado en el mullido sillón de su amplísimo estudio, Gil cavilaba y pensaba en la necedad. Resulta que Ricardo Anaya, el Joven Maravilla, regresa a Ciudad Gótica. Ciertamente en la campaña para la elección del 2018 le arrimaron el caballo con todas las malas intenciones del poder. De acuerdo. Pero no nos engañemos, el Joven Maravilla no levantaba un perro famélico en su campaña. Resultó ser un fracaso como candidato. Rotundo. Pues que agradece a su partido la oferta de una diputación plurinominal y se destapa como candidato para el 2024 a ¡la Presidencia! Gran problema del ser humano no reconocer sus límites.
Anaya será una monserga, un obstáculo para una campaña seria de oposición. Y el joven pelochas ya empezó a meter ruido. Es que de veras, por eso estamos como estamos. Ya el Presidente le puso una solfa en los debates y debatas, lo despedazó, y ¿aún cree que puede ser Presidente de México? De verdad, Joven Maravilla ¿de nuevo se lanzará al abismo ridículo? Vaya, pues. Total, cada quien destruye su reputación como le da su regalada gana.
Madrazos
Una nota de la redacción de su periódico El Universal informa que “el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, señaló que Estados Unidos no tenía pruebas sobre el caso del ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos Zepeda, y que no era sólida la investigación”.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula, el fiscal se transformó en un gallo giro: “Ellos lo pusieron en libertad, ellos lo consideraron inocente, ellos retiraron los cargos, lo mismo que habían dicho después se contradijeron. Ahora resulta que todos los garantistas, los defensores de los derechos humanos están en contra del garantismo y derechos humanos (…) nosotros ya notificamos a EU el no ejercicio para que ellos hagan lo que tienen que hacer; no es el final del asunto”.
¡Madre mía!, exclamó Gamés. El Fiscal señaló que se va a acudir a instancias internacionales, porque es una investigación de carácter internacional. Señaló que no va a entrar a linchamientos mediáticos, sino que se irá a juicio internacional por el caso del general Salvador Cienfuegos.
A Gil se le pusieron los pelos de punto y punta: “Ya le comuniqué a EU, a la DEA, que ahí está su expediente y que ellos tienen todo el derecho de una defensa. Vamos a ir a juicio y no solo lo vamos a llevar en México, se llevará en carácter internacional porque esto es un linchamiento”. O sea, un litigio serio. Pedradas y toda la cosa.
Gil sabe de la gravedad del caso, nomás faltaba, pero nunca oyó algo parecido cuando Trump habló de los migrantes, del muro, de los aranceles.
Gertz: “Vamos a ver por qué lo perdonaron, ¿por consideraciones internacionales?, esas consideraciones internacionales estuvieron desde antes. Por qué ahora sí y antes no. Por qué cuando ya lo tenías presentado ante el juez, ¿no encontraron elementos? Dijeron: ‘le echamos la bolita a estos y que se lleven ellos la friega’. Están locos”. En esto sí concuerda Gilga con el fiscal: estamos todos locos.
El fiscal afirmó que no van a dejarse apantallar, no por él sino por México y sus instituciones legales; por eso, “vámonos a juicio a fondo, vamos a ver por qué lo perdonaron”.
Chin, le hubieran dado Rivotril al Fiscal antes de la entrevista porque se despachó con el cucharón de los agravios internacionales.
Prueba sin pruebas
Mediante un comunicado, la FGR informó que al revisar las pruebas enviadas por el gobierno de Estados Unidos y las aportadas por el ex titular de la Sedena, concluyó que no existen datos que lleven a suponer que Cienfuegos tiene vínculos con la delincuencia organizada.
En su momento, el Presidente respaldó la actuación de la fiscalía: “Ayer la Fiscalía tomó la resolución de considerar que no hay elementos para juzgar al general Cienfuegos. Es un asunto que le correspondió a la Fiscalía resolver, pero tiene que ver con el gobierno que represento, es una decisión que toma la Fiscalía, pero que el gobierno que representó secunda, es decir, avala, respalda”.
El Fiscal estaba tremendo. ¿Iremos a ese pleito? Ya fuimos.
Todo es muy raro, caracho, como diría Platón: “La burla y el ridículo son, entre todas las injurias, las que menos se perdonan”.
Gil s’en va
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