Han iniciado los eventos del primer informe de gobierno de los 125 presidentes municipales de nuestro Estado, 124 en realidad si tomamos en cuenta que en Ocuilan llevan un año sin alcalde.
Recordemos que en la retórica política este acto fomenta la rendición de cuentas a la ciudadanía, respecto de las obras y acciones desarrollados en los primeros 12 meses de gobierno municipal, pero en la práctica, estos eventos serán un desfile de diversos actores políticos de cara a la elección de gobernador del año siguiente, pues buscan reflector y proyección, aprovechando los escenarios que los ediles han preparado.
En otros municipios será simplemente la coyuntura perfecta para mostrar “músculo político” haciéndose valer de estrategias de convocatoria. En unos tantos más más seguramente los ciudadanos podremos ver la exaltación de la imagen personal del presidente municipal en cuestión, con discursos enfocados en el “yo” o peor aún discursos largos y huecos que no hacen empatía con la gente que gobiernan.
Al menos los que ya se realizaron cumplen con alguna de estas premisas, y peor aún, al menos los que he podido ver hasta han resultado incongruentes pues los alcaldes pregonan austeridad en sus gobiernos, el ahorro de los recursos, pero destinan una suma importante de dinero para equipos de audio, pantallas, carpas elegantes y demás para promocionar lo que han hecho, ejemplos los gobiernos morenistas de Otzolotepec y Xonacatlán, pero lo mismo los gobiernos de Toluca y Metepec, aunque para ellos no es la austeridad su bandera social.
Como ciudadano desearía ver un verdadero ejercicio de rendición de cuentas; mensajes concretos sobre cuáles han sido las prioridades en el presupuesto de los gobiernos locales durante este primer año, los logros de estos meses y cómo han impactado positivamente a la gente a la que se sirve.
Por fortuna, cada vez más la sociedad demanda gobiernos más abiertos al escrutinio y a la evaluación. Veremos cuantos alcaldes pasan la prueba de este primer informe de gobierno; si solo cumplen la tarea del protocolo o verdaderamente logran incidir en la empatía de sus gobernados y por ende en la aprobación de lo que presumen como logros.
Veremos qué ocurre sobre todo con los ediles nuevos, los que creyeron que el papel de alcalde era sencillo y prometieron hasta lo que no es de su competencia, ya veremos.
Germán Zepeda
