Desde hace poco más de un año, el presidente Joe Biden ha tenido varios tropiezos en sus apariciones públicas.
Durante sus discursos, no coordina bien sus ideas, a veces no se le entiende y llega a confundir los nombres de sus colaboradores.
En ocasiones, parece disperso, como si no supiera lo que está haciendo en ese momento. Todo esto genera dudas sobre su estado de salud, aunque el informe médico oficial de la Casa Blanca afirma que su salud es buena.
La mass media en Estados Unidos días atrás decía que, en un duelo entre Trump y Biden, el primero vencería al segundo.
Después de varias semanas de intensa presión por parte del establishment político del Partido Demócrata y de un sector de la comentocracia estadounidense, el presidente Joe Biden finalmente decidió abandonar su carrera por la presidencia.
Todo apunta a que la vicepresidenta Kamala Harris ocupará la candidatura demócrata. Para que Harris sea postulada oficialmente, habrá que esperar a que se lleve a cabo la Convención Demócrata, programada del 19 al 22 de agosto.
Sería sorprendente que no fuera elegida como candidata, ya que ha recibido el respaldo de figuras importantes de su partido, empezando por el propio presidente Biden.
Harris tiene varios factores a su favor: es mujer, afroamericana y de ascendencia asiática, cuenta con una amplia trayectoria profesional como abogada, es una política proactiva en diversas causas. A diferencia de Biden, puede conectar con varios segmentos del electorado estadounidense.
Aunque ha tenido un papel discreto como vicepresidenta, las circunstancias la llevarán a ser la próxima candidata presidencial por el Partido Demócrata.
Esta decisión ha tomado por sorpresa al Partido Republicano.
Después del debate entre Trump y Biden, realizado por la cadena CNN el 27 de junio, el candidato republicano se consolidó como el gran favorito para ganar las elecciones. Sin embargo, con el cambio de timón del Partido Demócrata, las cosas podrían cambiar.
Antes de que Biden renunciara a la candidatura, diversas encuestas lo situaban por debajo de Trump por un 2% o 3%.
La última encuesta realizada por The Economist daba a Trump un 46% de intención de voto, frente al 44% de Biden.
Es innegable que la narrativa de la contienda electoral está por cambiar. Harris traerá nuevos bríos y hará la competencia más interesante.
Los demócratas tienen una prueba difícil frente a Donald Trump, veremos si el cambio de timón les permite retener la Casa Blanca.