De acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI, 2023) China ha sido el motor principal del crecimiento económico del mundo, aportando el 35% del PIB nominal mundial.
Si a China le va bien, al mundo le va bien.
La apertura de su economía generó, y sigue generando, polos de desarrollo comerciales en varias regiones del orbe, y Latinoamérica es una de ellas.
La economía de América Latina y El Caribe experimentó un crecimiento alto en la primera década del siglo XXI.
Las tasas de crecimiento de Brasil y Argentina, la primera y tercera economía de la región, crecían al 6% y 7% de su PIB, respectivamente, gracias a la exportación de sus commodities hacia China.
Otra región beneficiada por estrechar lazos comerciales con el gigante asiático es África.
El volumen comercial entre China y África pasó de 1.000 millones de dólares en 1992 a más de 100.000 millones en 2008, superando a Estados Unidos como socio comercial.
El gobierno chino espera que en 2035 esta cifra suba hasta 300.000 millones. Según informe de la consultora Mckinsey & Company (2017) el comercio entre ambas partes crece un 20% al año.
Las economías de Sudáfrica, Nigeria, Angola, Egipto, Argelia y Sudan, principales economías africanas, dirigen sus exportaciones al mercado chino. Incluso Estados Unidos se ha beneficiado del comercio con China. Sin embargo, los gobiernos de Estados Unidos por intereses políticos decidieron emprender una guerra arancelaria con quien fuera su principal socio comercial hasta hace poco.
JaeBin Ahn & Romain Duvail (2017) señalan que los países con relaciones comerciales con China obtienen grandes beneficios, uno de ellos es un mayor aumento de la productividad, el factor que más contribuye a mejorar los niveles de vida; respecto a las economías desarrolladas, mencionan que el aumento de la productividad observado en los 12 años transcurridos entre 1995 y 2007, de hasta 12%, puede atribuirse a la integración de China al comercio mundial.
Es tanto el interés de generar e impulsar más comercio con el mundo por parte de China que para ello impulsa ferias comerciales, siendo cinco las más importantes: la feria de Cantón, Feria de Yiwu, el Salón del Automóvil de Pekín, la Feria Bauma y la Feria de productos básicos de Importación y Exportación de Shanghái.
“Para todos sale el sol”, un refrán mexicano alusivo a que las oportunidades están ahí para todos, sin embargo, así como en las personas, existen países que no creen que las oportunidades sean para todos.
Hablando estrictamente del plano económico, el gobierno de Estados Unidos, a través del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad, difundió en junio del año pasado un boletín señalando que debido a una legislación antiespionaje impulsada por el gobierno chino, existe un ambiente poco propicio para hacer negocios para las empresas estadounidenses que invierten en China.
Una premisa falsa, ya que los mercados extranjeros siguen invirtiendo en aquel país.
Hace cuatro días, el CEO de Apple se reunió con el ministro de comercio de China a fin de anunciar nuevas inversiones.
¿Qué mayor certidumbre hay para el inversionista extranjero que una empresa del tamaño de Apple invierta en el mercado chino? Por otro lado, el país asiático en 2023 se colocó entre el top ten de los países con mayor inversión extranjera directa.
Confucio decía “el éxito depende de la preparación y continuidad”, y precisamente eso ha hecho China desde hace décadas en diversos ámbitos, uno de ellos el comercial.