Política

Jugando

Les debió haber parecido un tremendo triunfo la llegada de la priista Dulce María Sauri a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Les debió haber parecido que defendían la democracia, y al hacerlo seguro que se imaginaban demócratas. Hasta les debió parecer, al sumar los votos necesarios, que se atendió a la razón, se restableció la legalidad y triunfó la cordura para impedir que llegase quien, según su juicio, representa exactamente lo contrario: el petista Gerardo Fernández Noroña.

Y claro que a éste y los suyos les debió haber parecido todo esto un tremendo fracaso para la lucha transformadora del país, por cuarta que sea. O les debió parecer una batalla perdida en la gran lucha revolucionaria cuando no una triste e infecunda desviación del camino correcto de la historia. Hasta les debió parecer que, efectivamente, se desgarraban las vestiduras por lo que llaman pueblo. Seguro que a todos les debió haber parecido que jugaban a la política… y ser políticos. Sí. Como pubertos, toda la semana se les vio rodear la tribuna, arrebatar micrófonos, brincar, patalear, atragantarse del habla.

Lo comenta uno aquí por sus desplantes, deslices y folclóricas diatribas. El del agravio mayor, el tal diputado Noroña, en plena tribuna hasta amenazó de incubarse un complot golpista, chantajeó al Ejecutivo federal, injurió a la titular de la Secretaría de Gobernación y se autoproclamó el único capaz de representar al pueblo bueno que lo había elegido y por quien se debía y por quien moriría. En tanto, la diputada triunfadora extendía su mano abierta para sumar a las fuerzas políticas (no es un decir, así lo escribió), convocaba a no caer en polarizaciones ni violentar la legalidad mientras amarraba en Palacio Nacional la feliz complacencia de su insigne habitante. “¡Enhorabuena por México!”, la felicitaron por el Twitter.

Divertidos. Todos sin duda jugaban a ser políticos.

Mientras, afuera, donde la verdadera política baja a tocar piso, baja a la calle, se registraban otros desfiguros más letales y mucho menos divertidos. Casi a la hora en que la pizarra de la votación le otorgaba el triunfo a Sauri, los medios informaban que en las afueras de Toluca se localizó el cuerpo de un adolescente con huellas de tortura. Tenía 14 años. En ese mismo estado, dos combis habían sido atracadas en menos de 10 minutos y asesinado a un pasajero de 24 años. En Chihuahua mataban a la activista transexual Mireya Rodríguez. En Cuernavaca, nueve personas eran masacradas en un velorio. En Culiacán, en el ejido El Huizache, dos despojos humanos se encontraron calcinados. En Acapulco, otras dos personas acribilladas en un enfrentamiento a plena luz del día. En Reynosa, Tamaulipas, células criminales habían tomado las calles, bloqueando sus accesos y quemando neumáticos. En Oaxaca, una doctora fue atacada en una clínica particular…

Sí. A ver si dejan de divertirse un poquito en ese enorme salón de juegos infantiles en que han convertido a San Lázaro. Sí, a ver si voltean a mirar a sus distritos, a sus representados, pues el verdadero juego de la política, su razón de ser, es aquella que baja a la calle para alcanzar la conciliación y buscar la solución al problema del orden. Y hacer posible, por sobre todas las cosas, el interés común por la supervivencia.

Pero no. Mejor se divierten. Seguro que les ha de parecer que ejercen de políticos. Sí, seguro que les ha de parecer que gobiernan. 


@fdelcollado


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Fernando del Collado
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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