En las últimas dos semanas, he recibido al menos cuatro llamadas telefónicas de funerarias, ofreciendo sus servicios. No sé usted, pero yo ya estoy pagando la incineración de mi cuerpo.
Entiendo que no nos guste pensar en la muerte, creemos que al hacer el testamento o pagar el servicio fúnebre, es como si nos pegáramos un tiro en la cabeza.
Si entendiéramos que la muerte es lo único seguro que tenemos como dice el dicho.
Entonces promoveríamos el dejar todo arreglado para ese gran día, invitaríamos a nuestros seres queridos que lo hicieran, pero el miedo a perder nos atrapa, es cierto lo que escuchaba de un psicólogo: el ser humano no está acostumbrado a perder, desde niños nos dijeron que perder es lo mismo que ser mediocre o un tonto.
Creo que la muerte es como la meta en una competencia, en donde ganaremos y lo triunfos siempre se celebran.
¿Cómo queremos que sea ese gran día? Piénselo, dígale a su familia o lo que es mejor déjelo estipulado, nos merecemos ese gran festín, porque ganamos, sí, ganamos amor, experiencia y un sinfín de cosas que no alcanzamos a ver hoy.
En una de las clases del diplomado de tanatología, mi maestra nos mostraba su cuaderno en donde describe como quiere su funeral, ya tiene preparada la esquela, la foto, ella misma fue y eligió su féretro. Es una tarea que aún no termino.
Hace unos días, una buena amiga decía que ella no quisiera morir en estos tiempos de pandemia, porque quiere un gran funeral con música, con harta gente, que todos vayan y la vean, porque es una forma de sentirse acompañada.
Y es que es así, en lugar de llorar por la llegada de ese momento, hay que coleccionar flores para nuestro funeral, es decir, vivir al máximo, sonreír, perdonarnos los unos a los otros, entender que debemos ser amables con el prójimo, y sobretodo disfrutar cada momento, porque no sabemos cuándo es el último.
Cada flor que haya en el funeral debe representar una alegría, un logro, un miedo vencido, una tristeza superada, un duelo terminado, un amor trascendido y el final de una espera que nos llevará con el Creador. De eso se trata la vida, de juntar flores para nuestro funeral.
