Ayer la presidenta Shein-baum abogó por la presencia del ex secretario de la Defensa Salvador Cienfuegos durante el aniversario de la Marcha de la Lealtad.
El 15 de octubre de 2020, Cienfuegos fue detenido en el aeropuerto de Los Ángeles. Autoridades estadunidenses lo acusaron de vínculos con el narcotráfico.
Una negociación entre los gobiernos de Trump (con su polémico fiscal Barr) y López Obrador (vía la SRE de Ebrard) llevó al rescate del general —con la consigna de que sería investigado en México—. Una vez en territorio nacional, fue defendido por las propias fuerzas armadas (Ejecutivo federal). Finalmente, la FGR lo exoneró.
Gertz Manero declaró que no encontró pruebas. Lo volverá a decir en la llamada “Mañanera del pueblo”.
Pero, si quieren conocer las entrañas de esta historia, no dejen de leer al colega Jesús Esquivel, autor del libro A sus órdenes, mi general. El caso Cienfuegos y la sumisión de AMLO ante el poder militar.
Esquivel es de los periodistas que más saben al respecto. Es más, antes de que aprehendieran a Cienfuegos, ya tenía conocimiento del proceso abierto en EU. Y no solo eso, se lo comentó a Gertz, a Ebrard y a Bárcena. “Bárcena sí le informó al Presidente”, me dijo en entrevista Con Elisa.
En su libro revela lo que pasó desde 2015 —con la grabación que dio origen a las pesquisas que se convertirían en la operación Padrino— hasta la charla que sostuvo, en 2022,con un ex funcionario del Departamento de Justicia involucrado en el proceso.
Ahí le indicó que el asunto sigue abierto en Estados Unidos y que a México le entregaron el expediente incompleto. “Es una vergüenza y un acto de corrupción lo que hizo Barr (…) teníamos todo para procesarlo. Si no hubiésemos tenido en nuestro poder las pruebas que sostuvieran los delitos que se le imputaron y las evidencias para probarlo, nunca un gran jurado como el de Nueva York ni el propio Departamento de Justicia se hubieran arriesgado a lanzar una acusación formal con un individuo de la categoría del general Cienfuegos”.
Lo cierto es que hay realidades que jamás escucharemos en las versiones oficiales, donde, para colmo, los políticos son juez y parte.
Aquí entre nos
Me quedo con una frase de Jesús: “los intereses políticos de los gobiernos están por encima de la verdad y de la justicia que merecemos los ciudadanos de a pie que pagamos sus salarios”.
