La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo es una institución a la que le cuesta mucho crecer en lo académico, que lo logra, pero que nunca puede estar libre de polémicas, política, investigaciones y ahora protestas.
Como si no fuera suficiente el manejo poco decoroso de la investigación por presunto lavado de dinero por parte del gobierno federal, hoy surge otro frente de batalla, ahora con quien jamás deben de meterse: con los estudiantes.
El alumnado es la gran base de apoyo para toda universidad pública del país; una de las principales reglas de operación para una institución de educación superior es siempre aliada de los jóvenes, son ellos los que dan el aval o rechazan a las autoridades en turno.
Estudiantes del Comité de Lucha Universitaria de Hidalgo (CLUH), un grupo que emergió de sus propias bases, en la Sociedad de Alumnos, se manifestaron para reclamar la falta de respuesta de los directivos ante una serie de peticiones con el pago del semestre, al que añadieron ya un pliego petitorio.
Fueron varios días de posturas, réplicas y respuestas en redes sociales, hasta que llegó el pronunciamiento oficial. El rector Adolfo Pontigo anunció ayer que se permitirá pagar el nuevo semestre hasta agosto para ayudar a las familias afectadas por la crisis de la pandemia. Estudiantes del CLUH arremetieron con un comunicado en el que develan nuevas peticiones y demandan transparencia, homologar tarifas de inscripción, suprimir las condonaciones de pagos que se realizan a amigos y compañeros de la Sociedad de Alumnos, rendir un informe de los cobros extraordinarios y que se diga la fecha de regreso a clases de forma oficial.
En pésimo momento le surge esta nueva afrenta a Adolfo Pontigo, Gerardo Sosa y compañía, pues no pueden controlar la política electoral a la que aspiran, no resuelven el tema legal de la investigación con la UIF y ahora ya tienen encima a los universitarios.
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