Los casos de covid-19 en Hidalgo siguen incrementándose y hasta el corte de anoche se contabilizan 4 mil 87 personas con diagnóstico positivo y lamentablemente 711 defunciones.
La entidad continúa en riesgo epidemiológico por lo que se pide a la gente que se quede en casa, pero el semáforo de la Secretaría de Salud federal volvió a pasar del rojo a naranja, con lo que de nueva cuenta podría ser una semana de transición para la nueva normalidad.
Sin embargo es preciso señalar que la tasa de mortalidad en Hidalgo es superior a la estados como Nuevo León donde hay más de 10 mil pacientes positivos o que la de Querétaro que incluso lleva semanas en cifras rojas.
Hidalgo tiene problemas de salud en su población que dificultan el regreso a la normalidad, pues el pronóstico estatal hace un mes era de llegar a los 3 mil 500 casos y ya estamos por encima de los 4 mil.
Por fortuna el sistema hospitalario no ha colapsado como se decía, pero el tema es que los médicos y trabajadores del sector ya están agotados.
Si a eso le sumamos el tema de la crisis económica, la situación se torna compleja para todos, tanto autoridades como ciudadanos, así como para los propios pacientes y sus familiares quienes resultan ser las víctimas más lastimadas en esta pandemia.
En segundo plano están los comerciantes que no tienen sustento y han tenido que solventar sus gastos con préstamos y deudas que a la postre también será un problema para atender y que impactará en la calidad y nivel de vida.
Hidalgo había sumado puntos en los últimos años en cuanto a desarrollo económico y el reto será no solo comenzar a vivir con la pandemia, o en semáforo naranja o verde, sino con lo que implica haber avanzado y frenarse en el camino de los empleos, mejores salarios y un mejor índice de vida en el estado.
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