En la carrera por la gubernatura, los dos aspirantes del PRI que compiten por la candidatura, Israel Félix Soto y Carolina Viggiano, han tenido un repunte en los últimos días provocado por la pugna entre morenistas.
Y es que mientras los del partido en el poder federal se están enfrascando en un concurso de porras en redes sociales, guerra sucia en sus propios eventos y hasta desaires políticos con uso de recursos, los tricolores han ido en paz conforme a los tiempos de la elección.
Una de las grandes diferencias entre un frente y otro es que en el PRI se cuenta con una dirigencia de partido estable, mucho más sólida que la de Morena donde no se sabe quién manda, no se pone orden y cada quien hace lo que se le ocurre y todos los días salen nuevos aspirantes.
Por ello, y aunque legítimamente cualquier otro priista podría levantar la mano al interior, eso no sucede previendo que ya hay un escenario marcado en donde dos se juegan la competitividad de la candidatura.
Tanto Félix Soto, como Viggiano, han estado demostrando oficio político con sus estrategias en municipios, ya que ambos tienen encargos de representación. Si revisamos sus más recientes declaraciones, distan mucho de ser las que morenistas se replican en todos los espacios.
Queda claro que en la agenda política se han establecido razonamientos claros del lado de los priistas, que si bien no todo lo han procesado de la misma forma o se han comportado completamente en paz, se saben institucionales a lo que su partido a nivel nacional, estatal y con el gobernador, se ha dicho. La pelea de morenistas ya pone en entredicho la ventaja que se presume en redes sociales y encuestas de cartulina, por lo que podríamos estar seriamente ante un efecto parecido al que ocurrió con la elección de la presidencia municipal de Pachuca.
Eduardo González
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