La apuesta de intervenir en la vida política del partido ganador en turno, no importa cuando leas esto, es una de las premisas que han mantenido con vida al Grupo Universidad en Hidalgo.
Ayer en el PRI, pasando por el PAN, Movimiento Ciudadano, así como por partidos fugaces como el PSD y hasta por asociaciones civiles, la organización que lidera el presidente del Patronato de la UAEH, Gerardo Sosa Castelán, se enfrenta a un momento decisivo para su futuro político. Tras un año de legislatura, en el Congreso local la bancada de Morena se encuentra dividida y no hay una cohesión con los miembros del Grupo Universidad y los demás diputados morenistas.
Al interior del Comité Estatal del partido la situación es similar pues son pocos los espacios en los que han podido intervenir los emisarios universitarios y actualmente tienen la representación electoral ante el IEEH, y nada más. Tal parece que al paso de un año en Morena, el Grupo Universidad comienza a verse desgastado y con pocas posibilidades de hacer figurar a sus perfiles y candidatos como opciones rentables para la Cuarta Transformación. Si a eso le sumamos que los diputados federales que colocó la Universidad tampoco han rendido los resultados esperados, la situación es más difícil para poder ver a 2020 y años venideros como campo fértil para la UAEH y sus aspiraciones políticas.
¿Qué tiene que ofrecerle la UAEH a Morena y al Presidente López Obrador?, parece que no hay forma de poder mostrarse de nueva cuenta como un proyecto al que se le deba apostar, y eso parecen pensar los coordinadores nacionales del obradorismo quienes no están precisamente peleados con Gerardo Sosa y compañía, pero tampoco le quieren cerca. Las causas son claras: la investigación que se reveló por parte de la UIF, que mientras fueron peras o manzanas, huele a temas de corrupción y los operadores políticos del Presidente no quieren nada de eso cerca de Palacio Nacional.
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