Pasado el proceso electoral la ciudadanía se encuentra en un periodo en el que tiene más incertidumbre y dudas respecto a sus autoridades recién votadas, que certezas.
Y es que los periodos de transición no parecen estar muy adecuados a la cercanía con el pueblo y por el contrario, se desconoce cómo se están configurando las nuevas administraciones municipales.
Sin embargo, no es la primera vez que ocurre e incluso el ejemplo más claro son las actuales autoridades que están por salir en los ayuntamientos, cuyos gobiernos empezaron en 2020, sufrieron de la crisis mundial de la pandemia, hicieron lo que pudieron con los recursos que tenían y hoy son por muchos calificadas como las peores gestiones de muchos años en Hidalgo.
Para muestra está el que hoy hay más ediles tras las rejas que obras entregadas en las zonas metropolitanas del estado; en dichos gobiernos, tampoco se supo o se informó al pueblo cómo se trabajaba o cómo se hicieron los equipos para supuestamente ver por los asuntos sociales.
Como dice el presidente López Obrador, el pueblo hoy está más politizado que nunca, y por ello, también es impaciente y puede que el periodo de gracia con sus representantes no sea el mismo que en otros años; es decir, que hoy si no hay resultados tangibles en el corto plazo, probablemente se comenzará a pedir la revocación del mandato, una herramienta que heredará la actual cuarta transformación.
¿Habrá oportunidad de someter a quienes entren a partir de septiembre al termómetro de la revocación?, el pueblo espera que así sea y que se tome en cuenta que la confianza depositada en las urnas no es un regalo para poder hacer lo que sea sin el consenso o conocimiento de la gente; desde arriba se debe impregnar de dicha forma de trabajo a todas las esferas que rodean la administración pública.
El bono democrático seguirá vigente siempre y cuando se tome en cuenta al ciudadano y sus principales necesidades; no faltará quien se quiera aprovechar del mal humor social, pero todo depende de los gobernantes que lleguen, su forma y tacto con la gente, para que puedan mantener la credibilidad y hacer sentir que son parte de una sociedad activa.
