El proceso electoral 2020 para la renovación de los municipios en Hidalgo ha concluido en su fase del cómputo final de los resultados con uno de los mayores retos que se han vivido en los últimos años: organizar comicios y brindar resultados que permitan el tránsito democrático y garanticen la gobernabilidad en los 84 ayuntamientos.
Sin embargo, y dicho por los propios consejeros ayer por la noche, hubo elecciones que salieron de todas las normas y cauces políticos como lo que ocurrió en Tulancingo.
La propia consejera presidenta, Guillermina Vázquez Benítez, indicó que dicho proceso estuvo plagado de graves inconsistencias, incluso penales, en la parte final de la votación, el resultado preliminar y el conteo definitivo.
Ante ello se tuvo que realizar una labor de documentación para las denuncias ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de la Procuraduría del estado, ya que al parecer el tema de Tulancingo seguirá en tribunales de aquí hasta el mes de diciembre, previo al cambio de poderes.
Los candidatos hablaron poco después de la votación, pero han sido enfáticos, ambos van a defender su postura y no habrá vuelta de hoja hasta que se agoten las instancias correspondientes; lo grave del asunto es el clima de adversidad política con el que se queda la población, entre el PRI y Morena y en particular entre los dos aspirantes, Jorge Márquez y Damián Sosa.
En videos de redes sociales, los dos aspirantes de la contienda se proclamaron vencedores, posteriormente se enviaron señales, entre otras acusaciones y finalmente hasta se habló de interponer denuncias para fincar responsabilidades en las autoridades electorales. Un clima enrarecido que estuvo acompañado de presuntos delitos electorales, con amenazas a funcionarios del Consejo Electoral municipal y con mucha tela de donde cortar para las autoridades.
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