Aunque ya no existe el Fondo Nacional de Desastres no hay otra forma para reconocer de inmediato a la Declaratoria de Emergencia que se acordó aprobar para los municipios del país que hayan sido afectados por los fenómenos naturales.
Es el caso de Tula y 8 zonas de la región, en Hidalgo, podrán contar con más de 6 mil 500 millones de pesos para la reconstrucción de calles, viviendas, zonas comerciales, limpieza y labores de recolección de desechos, pago de daños y apoyos a las familias que se quedaron sin patrimonio, luego del desbordamiento del río Tula ocurrido el 6 y 7 de septiembre.
Hay que reconocer que la gestión del gobernador Omar Fayad fue en tiempo récord, y en menos de 20 días ya se cuenta con el recurso aprobado, los expedientes armados o en vías de completarse y los censos levantados, para poder recibir el presupuesto y que sea aplicado de forma transparente.
Ahora no podrán decir que el Fonden o las bolsas extraordinarias se usarán de forma discrecional, ya está todo contabilizado y ha sido el propio mandatario hidalguense quien con la confianza presidencial y de la Secretaría de Gobernación, cuenta con dichos recursos.
También destaca el empuje que hicieron los senadores desde la comparecencia del secretario de Hacienda en días pasados, los diputados federales, los locales e incluso los presidentes municipales afectados y los que se sumaron.
Todos aportaron para que la declaratoria fuera impulsada y se diera de forma rápida, cuando en otras catástrofes se ha retrasado por semanas o meses la ratificación. La clave ahora será la planeación, la ingeniería para poder aterrizar las obras necesarias, pero en particular las de prevención para evitar que una nueva lluvia o descarga de presas afecte como hizo a la vida de los hidalguenses.
Eduardo González
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