La dirigencia estatal de Morena a cargo de Marco Antonio Rico Mercado, tiene un trabajo político muy arduo que tuvo que haber comenzado desde hace casi ya un año, tiempo que está por cumplir el ex presidente de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas en Hidalgo.
Perredista de aquellos tiempos del profesor José Guadarrama, donde impulsaron proyectos de izquierda ganadores como Huazalingo, Tula y zonas importantes del Valle del Mezquital, Marco Rico tomó el camino morenista previo a 2018 y comenzó a trabajar con organizaciones del Congreso Agrario Permanente a nivel local, lo que le redituó estar cerca de quienes a la postre, serían parte de la campaña del hoy gobernador Julio Menchaca.
Sin mayor oposición, tras el triunfo en 2022 de la cuarta transformación y la caída del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rico Mercado se convirtió por aclamación en dirigente morenista y desde entonces se ha mantenido un ambiente de coordinación con el gobierno en turno, y de una discreta reestructuración al interior tras la salida de los personajes afines al delegado del Bienestar, Abraham Mendoza Zenteno, y al ahora funcionario de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH), Andrés Caballero, quienes desde 2015 controlaban a placer el comité estatal de Morena, y los recursos devengados.
Sin embargo, parece que a Marco Rico le está faltando oficio para mostrarse como un dirigente más sólido, que en la víspera de las visitas de candidatos a la coordinación del Comité de Defensa de la Cuarta Transformación, o mejor dicho la candidatura presidencial 2024, pueda expresarse libremente.
Es decir, en la primera semana en la que comenzaron los recorridos de las “corcholatas” morenistas, la convocatoria estuvo del lado de los empresarios del Consejo Coordinador Empresarial, en donde dudo que haya militancia de Morena que vaya a participar en las encuestas de selección.
Por ello, cómo van a saber los seguidores de Claudia, Marcelo, Ricardo y Adán Augusto, que los morenistas de a pie, en municipios, en zonas apartadas o comunidades, deben o pueden participar y ser activos en este proceso, si la dirigencia afirma que se mantiene al margen para guardar las formas.
