Que una vez más, el Congreso local mostró sus “atractivos naturales”, más parecidos a cascada de Zacatlán que a recinto legislativo. Y es que las lluvias del lunes provocaron sendas goteras en el patio central, justo donde coinciden trabajadores, asistentes y diputados. Se trata de la obra emblema del ex gobernador Sergio Céspedes, inaugurada hace menos de un año con alfombra roja y discursos sobre modernidad y funcionalidad. El nuevo palacio parece regadera, con filtraciones que pusieron a más de uno a correr con cubetas, trapeadores y paraguas en mano.
Que usuarios de la ruta Altiplano denunciaron con indignación que el pasaje entre Puebla y Huejotzingo subió de 18 a 22 pesos sin previo aviso, lo cual resulta un abuso. El detalle está en las placas federales que portan esas unidades, lo que deja a la Secretaría de Movilidad y Transporte local con las manos atadas, ya que por más que quieran sancionarlos, el tema no le compete por jurisdicción. Mientras tanto, servicios como los amarillos, la 25 y Estrella Roja mantienen sus tarifas, por lo que el aumento no obedece a un ajuste general, sino a una decisión unilateral de los concesionarios.
Que en el PAN poblano las santas familias se están dando hasta con la cubeta. Resulta que Manolo Herrera no se da por vencido y anunció que impugnará la resolución del Tribunal Electoral del Estado, que anuló su supuesto triunfo a la dirigencia capitalina del partido al determinar que la convocatoria establecía que la candidatura debía ser para una mujer. El panista asegura que defenderá el voto de la militancia y dice que el fallo del tribunal no sólo desconoce la voluntad de los albiazules, sino que también vulnera la autonomía del partido.
Que en contraparte, Lupita Leal respondió con tono sereno, pero firme, que la impugnación contra el mencionado proceso interno no surgió después de la elección, sino desde antes de que Manolo Herrera fuera designado candidato. Según explicó, ya existía una reserva de género que establecía que, por primera vez, una mujer debía encabezar el partido en la capital. Es decir, la impugnación no busca desconocer los resultados, sino cuestionar el proceso previo.
