Que es probable que "las razones de salud" del alcalde perredista de Texcaltitlán, Javier Lujano Huerta, sean más bien de seguridad, aunque a ciencia cierta no se sabe si pesa sobre él algún riesgo, en virtud de la delicada situación que vive su municipio. Esperemos que no. Lo cierto es que no aparece por ninguna parte y es un misterio cómo funciona el ayuntamiento a control remoto. Aunque por distintas razones, hasta el momento, la circunstancia lo pone a la par de sus colegas Raymundo, de Toluca, y Diego, de Santiago Tianguistenco. Ni sus luces.
Que en el Congreso están tratando de estirar la cobija del presupuesto al máximo para 2024, y continúan los proyectos en los que diversas instancias sufrirán recortes. Entre otras, está la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México.
Ahí, la titular Myrna García Morón podría estar en dificultades para seguir pagándole a su chef, a su maquillista y al fotógrafo particular que cotidianamente la atienden. Eso sí, se prevé que a su apapachado asesor de redes sociales de cabecera no lo toque ni con el pétalo de un descuento.
Que en el estira y afloja del Paquete Fiscal las y los diputados locales y representantes del gobierno estatal coincidieron en realizar ajustes y destacan la disminución en lo que pensaban cobrar por tarifas de multas ambientales y de tránsito. De los primeros, el sector privado a través del Consejo Coordinador Empresarial y el Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales han cuestionado su impacto económico para los negocios.
El replanteamiento es una muestra oportuna de sensibilidad legislativa que sin duda le quitará a las empresas una gran preocupación, en tiempos en que todavía están tratando de tomar oxígeno pospandemia.
Que los diputados María del Carmen de la Rosa y Faustino de la Cruz, de Morena, aseguraron que el proyecto de presupuesto para 2024 será humanista, apegado a los principios de austeridad y sin la contratación de deuda, pero con apoyo a grupos vulnerables como fórmula de equilibrio fiscal.
