QUE la Legislatura mexiquense se declaró lista para atender un posible relevo en la Fiscalía de Justicia, pues ayer creció como la espuma la versión de la salida del titular, Alejandro Gómez Sánchez, a dos años de que termine su periodo. De ser así, les tocará recibir la terna del Ejecutivo y se tendrán que decantar por quien cumpla los requisitos de ley y genere expectativas favorables para resolver el gran pendiente de la entidad, que es la justicia. El obvio requisito es una incuestionable probidad… ¿se agregarán temas de género?
QUE quien siempre sí se va de la Legislatura local es la diputada Monserrat Sobreyra, porque el trabajo que se echó encima con el nombramiento como secretaria del PRI mexiquense le demanda días de 30 horas para procurar el triunfo del tricolor en el 2023, cuando se renueva nada más ni nada menos que la gubernatura mexiquense.
Inicialmente pidió unos días, regresó la semana pasada a su curul, pero lo pensó bien y mejor se va a dedicar por completo al trabajo partidista y por ello presentó una solicitud para separarse del cargo “de manera temporal, pero por tiempo indefinido” –previsora, la muchacha-. La carga de trabajo al ritmo del “güero” Sevilla al frente del PRI mexiquense no es algo fácil.
QUE mientras son peras o manzanas, el consejero presidente del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de México y Municipios, José Martínez Vilchis, negó categóricamente en redes sociales que se encuentre a su disposición cuatro camionetas que son propiedad de la máxima casa de estudios, como recompensa a su legado como rector de la institución. Y es que se rumora que el Órgano de Control en la UAEM le está tendiendo la cama con una investigación en su contra, ¿será?
QUE tras el inesperado aumento del peaje en las autopistas mexiquenses, el senador y líder del GAP, Higinio Martínez, en redes sociales puso el dedo en la llaga para que las autoridades correspondientes expliquen o justifiquen esta determinación, pues advirtió que el tamo Peñón-Texcoco mantiene una concesión estatal a pesar de que esta vialidad constantemente se ve afectada por inundaciones en época de lluvias.
