Que es un respiro para muchos sectores que ayer en comisiones y seguramente hoy en el pleno, por fin se dé “luz verde” al paquete fiscal. El grupo parlamentario de Morena subrayó que se redujeron 4 mil millones de pesos al monto de la deuda solicitada originalmente, y que le colocaron diversos “candados”. Jalones y estirones, pero finalmente se alcanzó un acuerdo equilibrado. Ya lo dijo aquél filósofo: “haiga sido como haiga sido”... Habemus presupuesto.
Que de alguna manera los diputados guindas buscaron dar explicaciones de lo tortuoso del proceso, y su líder, el profe Maurilio Hernández, lo resumió en que “fue un logro no aceptar de manera automática la propuesta del Ejecutivo”; por su parte Faustino de la Cruz aclaró que no era un capricho de su partido: “No fue un juego de dilación, ni de obstaculizar el desarrollo del gobierno; actuamos de manera responsable”.
Que como para las notas chuscas de este largo proceso legislativo, hubo un diputado que, fresco como una lechuga, al final pidió un aplauso por la aprobación del paquete fiscal. Fue el mismo al que durante las negociaciones le dio tiempo para irse de vacaciones y presumirlo en redes sociales. Por otro lado, al final casi ningún representante popular tenía claros los detalles de dónde quitarán recursos para cuadrar los gastos y los ingresos.
Que por cierto, luego de que las participaciones federales del Estado de México disminuyeran 4.5 mil millones de pesos por un extraño censo del Inegi que “bajó” la población, el secretario de Finanzas Rodrigo Jarque Lira aseveró que seguirán en la pelea para que haya un cálculo real. La casi paridad de cifras entre el monto que en el Congreso se disminuyó de la deuda, y la tarascada por culpa del Inegi al dinero federal que debía llegar, es mera coincidencia.
Que el ex líder magisterial Abraham Saroné Campos, acordó con un grupo de abogados “promover la información jurídica y legal entre la comunidad magisterial, escolar y social”; precisó que como legislador tiene la responsabilidad de socializar las modificaciones al marco legal. Algunos ven en la jugada el intento de un minisindicato de sombra en tiempos políticos, pero advierten que la convocatoria del profe ya vio pasar sus mejores días y tiene humo a la venta.