Que Manuel Espino, uno de los personajes más identificados con la derecha, se acaba de afiliar a Morena. Lo sorprendente es que haya sido hasta ahora, pues en el Estado de México ya tenía su historia ligada a ese partido. Aún es recordado por el tremendo desorden que generó en el gobierno municipal morenista de Naucalpan, donde era primerísimo asesor de la presidenta municipal Patricia Durán, con quien privaron los asuntos personales antes que el bienestar de la población y la salud administrativa del ayuntamiento, ahora sumido en el caos.
Que seguramente la acumulación de esos detalles le costó a la alcaldesa perder estrepitosamente la elección de junio pasado, y tener ahora que entregar un tiradero a la próxima administración, encabezada por la panista Angélica Moya. Esa cuestión sin duda tiene sin cuidado a Espino, que en cuanto pudo se fue a una nueva chamba en la Secretaría de Seguridad federal como Comisionado del Servicio de Protección, cualquier cosa que eso sea. Ahora, con su súbita afiliación, todo apunta a que buscará ser gobernador de Durango. Que le pregunten a los de Naucalpan.Que hablando de suspirantes fallidos, el líder nacional de Morena se dio tremendo quemadón este fin de semana, y no por su asoleada en las gradas de la Fórmula 1, sino porque circuló en redes sociales una foto presuntamente suya como un fanático más de este deporte que su propia correligionaria Claudia Sheinbaum ve con malos ojos por ser un tema “fifí”. Cada quien sus gustos (y sus gastos), pero a Delgado se la quieren cuadrar como una contradicción a la austeridad republicana. A ver si no le cuesta a corto plazo, pues el dirigente conserva su residencia electoral en Atizapán, en el Estado de México, donde todos quieren llegar a la grande... y él no se descarta.
Que, disfrazada de estrategia política, continúa la noche de los cuchillos largos en el Partido de la Revolución Democrática mexiquense, con movimientos al interior de su estructura. El más reciente fue la sustitución de su representante ante el Instituto Electoral del Estado de México. A ver si salen bien librados de este difícil trance de renovación y encuentran la forma de no devaluarse ante el electorado, pero sobre todo ante los potenciales aliados para 2023.