Que como que algo no anda bien en la Zona Metropolitana de Guadalajara y sus empresas. Un patrón de negligencia, tanto por parte de las compañías manejadoras de tóxicos como de las autoridades responsables de supervisarlas son el cóctel de las tragedias. Se oculta los nombres de las víctimas y empresas que no cumplen con normas de seguridad, poniendo en riesgo a la población. En menos de cuatro días volvieron las explosiones, sin dar a conocer razón social de las empresas; sin embargo, parece ser el mismo modus: irresponsabilidad empresarial y falta de supervisión gubernamental. Las autoridades: ¿realizan inspecciones adecuadas para evitar estos incidentes? Si ya hubo explosiones antes y no se tomaron medidas, esto huele, además de tóxicos en el ambiente, a impunidad y corrupción. Pero y a todo esto ¿qué dice el gobierno de Claudia Sheinbaum?
Que mientras diputados federales del PAN califican de “chivo expiatorio” al alcalde de Teuchitlán de afiliación emecista, la coordinación estatal del partido naranja hace como que la Virgen le habla. Ni una palabra. José Asunción Murguía, el presidente municipal, enfrenta acusaciones por presuntos delitos de delincuencia organizada y parece que muchos de su propio partido quieren dejar la cosa ahí para no llegar “más arriba”. El gobierno de Pablo Lemus emitió el comunicado más corto de su administración, de apenas seis líneas, solo para decir que está atento al desarrollo del proceso judicial.
Que hay que tener las alertas bien puestas en los relevos de los hospitales civiles de Jalisco, pues el gobernador Pablo Lemus no firmó los nombramientos planteados por la rectora de la UdeG para directora del OPD Hospitales Civiles de Guadalajara, ni para directores del Civil Fray Antonio Alcalde ni el Juan I. Menchaca. El argumento es que ninguno de los propuestos cumplía con los perfiles, antigüedad como docentes en UdeG.
Que Los Alegres del Barranco salieron teatrales y muy astutos para desafiar a las autoridades. El chiste se cuenta solo. Después de tanto protagonismo por cantar narcocorridos en Jalisco, ahora ponen la letra como karaoke en el escenario para que sea el público quien interprete la polémica canción, como sucedió en Cihuatlán, Jalisco.
